Almería

Los vecinos tienen la esperanza puesta en las administraciones y esperan resultados

Los vecinos son los más perjudicados en este caso. Así se lo han trasladado en numerosas ocasiones tanto al Ayuntamiento, como a la Subdelegación del Gobierno, a la Policía Nacional y a la Policía Local. Cansados de sentirse inseguros, manifiestan que no se van a cansar de tocar en todas las puertas, porque la situación es "insostenible" y ya son muchos años batallando con este problema en la Avenida de la Estación.

De la zona se han ido comerciantes, que se han visto obligados a echar el cierre ante la bajada tan tremenda de ventas porque los clientes preferían irse a otros comercios similares del centro antes que a una calle en la que "no solo se trapichea, sino que se asedia a los viandantes y clientes", como apuntó a este periódico un vecino que no quiere revelar su identidad por miedo a represalias.

"Nosotros no sabemos quien tiene la competencia para poner coto a estos delincuentes, pero sí son las administraciones las que tienen que erradicar el problema para que los almerienses que tenemos nuestras casas y nuestros negocios legales en esta parte de la ciudad podamos vivir en paz", indican los vecinos, que no entienden de burocracia y lo único que piden es que se pongan en marcha los mecanismos necesarios para atajar la situación. En los últimos días incluso la concejala de Movilidad y Seguridad se ha reunido con algunos de los vecinos de esta calle en la Jefatura de la Policía Local, como adelantó ayer Diario de Almería. María Muñiz les explicó las medidas que desde que se detectó el problema ha puesto en marcha el Ayuntamiento, que van desde un refuerzo de la vigilancia, hasta poner de forma permanente una patrulla de agentes en la zona, al tiempo que les indicó que la única solución que ve es que la Policía Nacional inicie una investigación.

Mientras tanto, la tienda de compraventa de artículos de segunda mano cuya actividad es completamente legal, Cash Converters, ha contratado a una empresa de seguridad para que vigile durante el horario comercial las instalaciones y evite así cualquier problema que pueda surgir con el grupo de ciudadanos, la mayoría del Este y últimamente también latinoamericanos, que se han hecho con el negocio negro del lugar, ya identificado como un punto de trapicheo, tal y como ha venido contando en los últimos años este periódico.

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