Almería

Arde un autobús y 30 pasajeros salen ilesos

  • El conductor se percató a tiempo de que el motor estaba en llamas y rápido ordenó la evacuación El siniestro paró el tráfico en el Parque Nicolás Salmerón

Un autobús del Consorcio del Área Metropolitana de la Junta de Andalucía que cubre la línea Roquetas-Almería ardió ayer por completo al llegar Parque Nicolás Salmerón. Fue sobre las 12:15 horas. Todo ocurrió en cuestión de segundos, cuando el conductor se percató de que algo no iba bien al ver el cuadro de mandos en rojo. Rápidamente se bajó del vehículo para ver qué ocurría en el motor y al percatarse de la gravedad de la situación ordenó rápidamente a los 30 pasajeros que abandonaran el habitáculo.

La rápida actuación del piloto, con más de 30 años de experiencia en esta profesión, fue clave y posiblemente crucial para que en este espectacular incendio no haya habido que lamentar ninguna víctima.

Las llamas, que partieron del motor, envolvieron rápidamente el autobús. Las imágenes del interior y del exterior dan buena cuenta de la magnitud del accidente. El fuego incluso hizo desaparecer toda la documentación del vehículo y algunas pertenencias de los viajeros, como indicó el propio conductor a Diario de Almería.

Nervioso ante semejante situación de peligro para él y para los pasajeros que iban a bordo, con las manos negras y un sudor frío de resignación, José Francisco Mañas, explicó a este periódico que lo primero que hizo al ver salir humo del motor fue coger un extintor para intentar apagar él mismo el fuego. Pero al ver que era más grave de lo que pensaba, instó a la gente a salir a la calle. "Gracias a los agentes de la Policía Local que regulaban en tráfico en el final de Parque en ese mismo instante, que alertaron a los bomberos de la capital, la extinción de las llamas fue rápida y eficaz", destacó xxxx, al tiempo que manifestó su agradecimiento a varios compañeros de la compañía Alsa y del transporte urbano de la capital, Surbus, que se acercaron al lugar de los hechos para colaborar en lo que fuera posible e interesarse por el estado del conductor y de los pasajeros.

La gran columna de humo negro y denso, que apenas dejaba ver la carretera a los demás vehículos que circulaban por la Vía Parque, fue protagonista de los objetivos de los peatones que en ese momento fueron testigos del siniestro. El tráfico quedó paralizado durante varios minutos, aunque la destreza que tuvo el piloto del autobús al parar la marcha a un lado de la carretera, hizo posible que el tráfico se restableciera sin llegar a colapsar la vía.

El autobús siniestrado "pasa una revisión cada seis meses y control de mantenimiento cada quince días", como así confirmó a este periódico un trabajador de Alsa que se personó en el lugar a los pocos minutos de los hechos, cuando los bomberos tenían controlada la emergencia.

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