La cierta calma con la que ayer transcurrió el Pleno estalló prácticamente al final de la sesión ordinaria con una lluvia de improperios en el Salón Noble, que acabó con el alcalde de Almería, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, discutiendo, ya en la Plaza Vieja, con el grupo de trabajadores de la limpieza viaria y vecinos de Pescadería y La Chanca, protagonizando momentos de tirantez que intentaron suavizar algunos de sus ediles.

Al Pleno acudieron trabajadores de la limpieza de los domingos que no han sido subrogados por la nueva empresa concesionaria, Acisa-La Generala, y miembros de la Plataforma de Desempleados de Pescadería-La Chanca, algunos de los cuales portaban embargos bancarios por no pagar la factura del agua y reclamaban soluciones a los cortes del suministro que denuncian haber sufrido. Se quejaban también de no haber sido recibidos por el alcalde pese haber solicitado "hace 35 días" una reunión de la que el regidor aseguró no tener conocimiento.

El concejal de Fomento y Servicios, Manolo Guzmán, dio oportuna contestación a las cuestiones planteadas. Fue luego durante la intervención sobre otros asuntos del portavoz del PP, Pablo Venzal, cuando uno de los asistentes le interrumpió al hacer el edil referencia a que las competencias de empleo no son del Ayuntamiento. "Aquí quien dirige el Pleno soy yo, y si no hay orden, a la calle", espetó en tono airado el alcalde, provocando la marcha de los asistentes entre insultos hacia el quipo de gobierno.