Cada año, a partir de estas fechas, con el cambio de ciclo de cultivos de invierno a primavera y, más aún, con la limpieza de los invernaderos tras los cultivos de melón y sandía, la gestión de los restos vegetales se convierte en un auténtico quebradero de cabeza para los agricultores de Almería. No en vano, las 28.000 hectáreas de invernaderos que posee la provincia generan en torno a un millón de toneladas de restos vegetales, según los últimos estudios de la Universidad de Almería, que se traducen en 250.000 toneladas en seco, lo que equivaldría a la generación de energía para alrededor de 130.000 hogares.

En base a este enorme potencial energético, la empresa almeriense Ecologic Fire, que vio la luz hace dos años y medio, ha puesto en marcha un ambicioso proyecto: el aprovechamiento de buena parte de los restos vegetales procedentes de las explotaciones intensivas de la provincia a través de su transformación en biomasa, para su posterior uso en numerosas actividades económicas que necesiten calor, entre ellas, los propios invernaderos, pues está demostrado, según los datos que maneja la Estación Experimental de Las Palmerillas de la Fundación Cajamar, que la inyección de calor en los cultivos bajo plástico incrementa la producción en torno a un 20%.

Así lo expresó ayer el gerente de Ecologic Fire, Pedro Segura, mientras atendía a los agricultores que se acercaban hasta el expositor de la empresa para interesarse por sus servicios y maquinaria.

La compañía, que tiene su sede en Viator y cuenta con una plantilla de doce personas, se especializa en la venta, distribución y mantenimiento de quemadores de biomasa poli combustibles, es decir, que son capaces de quemar diferentes tipos de materia prima, desde hueso de aceituna hasta cáscara de almendra o pellet.

"Tenemos la única fábrica de pellet que hay en Almería", explica Pedro Segura. Con una capacidad de producción de 8.000 toneladas de pellet al año, utiliza materia prima procedente de la serrería de Fiñana, aprovechando los restos que esta desecha tras su proceso industrial. Una vez convertidos en biomasa, también comercializa quemadores, con una amplia gama que va desde los más básicos, de 4.000 euros, hasta los 20.000 euros para aquellas fincas de mayor tamaño, que necesitan más energía calorífica, unas máquinas que le fabrica la empresa de Yecla (Murcia) Natural Fire y que la almeriense se encarga de distribuir.

Ecologic Fire pretende alcanzar este mismo volumen de producción de biomasa procedente de restos vegetales de la agricultura bajo plástico cada año, es decir, 8.000 toneladas, según las estimaciones del gerente.

Con unas instalaciones de 3.000 metros cuadrados para hacer las veces de quemadero natural aprovechando la fuerza natural del sol, la empresa cuenta con una zona de fabricación de otros 800 metros cuadrados. Eso sí, los agricultores han de entregar el material mínimamente clasificado, exento de rafias y tierra, para iniciar el resto del proceso con total garantía para no perder ni un ápice del poder calorífico de estos residuos.

"Ya sabemos el tipo de planta que necesitamos" para optimizar el proceso y obtener el poder calorífico necesario para el invernadero, apunta Segura. Sin embargo, como si del secreto de la Coca Cola se tratara, no quiere revelarlo, pues ahí radica gran parte del éxito.

El uso de pellet tiene un coste de 1,5 euros por metro cuadrado, mientras que el de gasoil o gas propano asciende a 4 euros el metro cuadrado, "lo que supone un ahorro de alrededor de un 60%", explica.