Los sindicatos SAE (Sindicato de Técnicos en Enfermería), FATE (Federación Andaluza de Técnicos Superiores sanitarios), SMAL (Sindicato Médico de Almería) y SATSE (Sindicato de Enfermería) "manifestamos nuestro rechazo frontal al cierre de camas, quirófanos y consultas", previsto a partir del mes de julio, lo cual va a suponer una pérdida aproximada de 196 camas (Complejo Hospitalario Torrecárdenas 149, Hospital La Inmaculada 30 camas, y Hospital de Poniente 17 camas). Desde la organización no entienden ni comparten la situación, puesto que "nos seguiremos encontrando con pacientes en los pasillos de observación de urgencias (hasta 8 camillas en la Observación de Urgencias del Hospital Torrecárdenas este martes) y se agravará aún más la lista de espera".

Para la plataforma sindical lo que queda claro es que esta medida obedece exclusivamente a un criterio economicista que menosprecia el derecho a la salud de los almerienses y monetariza indirectamente sus vidas y sus sufrimientos, pues lo que se persigue realmente con dichos cierres es dejar de contratar a: 76 Enfermeras, 22 médicos y 43 Técnicos de cuidados de Enfermería las cuales continuarán engrosando la lista del paro o viéndose forzados a emigrar a otros países, "lo que consideramos lamentable, pues la sanidad pública de Andalucía debería ser un motor que generara empleo, y se ha convertido en todo lo contrario". Lo que han considerado evidente este grupo de profesionales es que la crisis y los recortes salariales no afectan ni se sufren por todos de igual manera, pues mientras se cierran camas, quirófanos y consultas, un año más el SAS repartirá en Almería más de 700.000 euros de beneficios entre sus directores de Unidad de Gestión Clínica.

Desde la Plataforma sindical se ha reiterado que las medidas de recorte puestas en marcha desde la Consejería de Salud conllevan no sólo despidos de profesionales y disminución de contratación, sino a un recorte directo sobre los ciudadanos, que sufren las consecuencias de esta pésima gestión y que se encontrarán con una peor atención ante la falta de profesionales, menos camas, menos quirófanos, menos consultas y un aumento del tiempo de espera.

La Plataforma Sanitaria ha considerado que la Consejería de Salud de la Junta de Andalucía mantiene una política errática y sin rumbo, que tiene como único objetivo reducir el gasto, independientemente de las consecuencias que ello pueda tener sobre los ciudadanos y profesionales sanitarios.