Almería

El fin de fiesta clausura con un estallido de color y luz

  • El espectáculo pirotécnico sorprendió por su variedad y fue en el Espigón de la Térmica

Primeros escarceos de expectación y nerviosismo entre los más pequeños con los dos cohetes anunciadores, uno a falta de cinco minutos, el segundo a falta de dos. Con una puntualidad británica, a las doce en punto de la noche del sábado comenzó el castillo de fuegos artificiales lanzados desde el espigón de la Térmica.

Tras una tanda de fuegos piroacuáticos y otros que iluminaron de rojo el suelo del espigón, el castillo de luz y color con el que el Área de Fiestas Mayores despidió la Feria de Almería tuvo una significativa variedad en ritmo, formas y colores.

Fuegos dorados que parecían cohetes o comentas en movimiento, otros cruzados, de colores, las típicas palmeras de color y los que serpentean en el cielo, provocaron las constantes exclamaciones de los asistentes.

Los más pequeños con la cabeza refugiada en el hombro de sus padres, los mayores, con la esa sensación de ilusiones revividas. La variedad y el ritmo por momentos fue tan intenso, que arrancaron los aplausos de un Paseo Marítimo abarrotado en más de una ocasión, hasta la ovación final.

Una vez terminado el castillo, diez minutos después, comenzó en el Palmeral un 'bonus track'. La traca fin de fiestas que también tuvo una simbólica tanda de fuegos artificiales, para sorpresa de quienes estaban en primera línea que disfrutaron con el atronador sonido y el olor a pólvora.

Una bella manera de cerrar ocho días de Feria de Almería. Pero nunca con un adiós, siempre con un 'hasta el año que viene'. Todo el mundo que acudió a los Fuegos se quedó con un buen sabor de boca y quedó impregando por los fuegos.

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