Almería

Aprender a sumergirse en el mar en un centro con cinco estrellas

  • Pedro Navarro Madrid, director del Centro de Buceo Mojácar, ha sido incluido en la lista de los 60 mejores Instructores de Buceo del mundo, un hecho histórico

El ser humano ha querido desde siempre volar como las aves y sumergirse en las profundidades marinas. Así está registrado en los mitos y leyendas de todas las culturas y civilizaciones, y la propia historia narra cómo el hombre ha planeado mil y una formas de hacerlo. Quizá ambos deseos provengan del más potente motor del conocimiento: la curiosidad, o tal vez, en el caso del buceo, de la herencia recibida de nuestras anteriores formas de vida marina, según afirman algunas teorías de la evolución.

Ya en el pasado siglo XX, según se recoge en una breve historia del buceo, el año 1943 se convertiría en una fecha clave para el submarinismo. Ese año el equipo formado por el ingeniero Emile Gagnan, el marino Jacques Yves Cousteau y un joven deportista, Freédéric Dumas, probaría en aguas de la Costa Azul un aparato que habría de convertirse en aquel con el que tantas generaciones habían soñado. Se trataba de la escafandra autónoma, cuyo elemento fundamental era un regulador que suministraba al buceador aire a presión ambiente, que se encontraba comprimido a gran presión en una botella.

Este sistema daba la oportunidad de bajar a unas superficies nunca imaginadas por el hombre y con un sistema de respiración bastante aceptable. La escafandra autónoma abrió el camino al mundo submarino consiguiendo despertar interés en hombres de ciencia y llevando a una sucesión de hechos y descubrimientos nunca imaginados. Hasta nuestros días se han ido produciendo otros avances de otra índole, como el chaleco hidrostático que permite regular la flotabilidad del buceador a voluntad y el ordenador de buceo.

El sistema se perfeccionó hasta extremos insospechables en aquella época; sin embargo, había y hay que aprender a utilizarlo, era y es preciso conocer algunas materias de la física porque el cuerpo humano tiene sus límites, en definitiva hay que instruirse, aprender a sumergirse, porque el buceo es un deporte de riesgo y es el conocimiento, el entrenamiento, el que minimiza las posibilidades de contingencias indeseadas.

Inaugurado en el año 1996, el Centro Escuela de Buceo Mojácar es un centro de buceo cinco estrellas, valga la redundancia, creado por buzos y para buzos. Son ya muchos años haciendo realidad los sueños de muchas personas, más de 4.000, que han confiado en este Centro para su formación subacuática. El equipo está dirigido por Pedro Navarro Madrid, PADI Course Director, que junto a Tony, Master Instructor, y el resto de los instructores altamente cualificados en todos los niveles de buceo, tanto recreativo, deportivo, técnico y de formación de Instructores.

En el Centro de Buceo Mojácar se imparten igualmente cursos de buceo en apnea, el próximo mes de octubre estará en el Centro Pipin Ferreras, buceador que en el año 2000 rompió el récord de apnea, alcanzando la profundidad de 162 metros.

Una vez adquiridas las elementales enseñanzas técnicas y siempre de la mano de buceadores expertos como Pedro, Tony y su equipo, la inmersión en el mar es una de las mayores sensaciones impactantes que recibe el ser humano: ingravidez, silencio, otras formas de vida, otro hábitat, un mundo oculto bajo el agua.

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