Mañana, día en que se celebra la festividad de la Virgen de los Dolores, desde que hace un siglo se cambiara su homenaje al 15 de septiembre, la Hermandad del Santísimo Sacramento y Nuestra Señora de los Dolores ha organizado el ya tradicional besamanos. Este año, como novedad, se recupera una tradición en esta ciudad, el repique de la campana de la Torre de la Vela en La Alcazaba, cuyo nombre desde que en 1763 el rey Carlos III mandara fundir una nueva y más grande y la bautizara, comparte con la Virgen: Santa María de los Dolores. Esto sucedió por la gran devoción que se venía profesando a una imagen mariana con esa advocación desde principios del siglo XVIII en la iglesia de Santiago Apóstol. Solo nueve años después se fundaría la Hermandad.

La campana de esta torre repicaba durante los eventos importantes que sucedían en Almería, como podía ser la llegada de reyes, festividades, avistamiento de piratas o incendios. En un principio, la campana de la vela, llamada así porque la persona encargada de la tocarla velaba por la ciudad, era demasiado pequeña, lo que provocaba que no se oyera de forma clara en toda la ciudad. De ahí que el rey Carlos III tomara la decisión de hacer una más grande.

Con motivo de los actos de la Virgen de la Soledad, la campana sonará coincidiendo con el rezo del Ángelus y con la misa de la tarde. El encargado de esta misión, autorizada por la directora de La Alcazaba y la Delegación Territorial de Cultura de la Junta de Andalucía, será Ramón Fernández Gil, responsable del inventario diocesano de las campanas.

Durante todo el día, desde las 9:00 horas la Iglesia de Santiago tendrá sus puertas abiertas para el besamanos a la Soledad, además, se ha programado una serie de cultos. En este sentido, a las 10:00 horas tendrá lugar el rezo de Laudes, a las 12:00 horas el rezo del Ángelus y a las 19:30 el Santo Rosario; a continuación, a las 20:00 horas se celebrará la misa que presidirá el Muy Ilustre Señor Don Francisco José Escámez Mañas, párroco de Santiago Apóstol, Canónigo Archivero de la Catedral y Consiliario de la Hermandad.

Nuestra Señora de los Dolores también vestirá especial para la ocasión. Así, la Virgen lucirá una diadema de oro que le regalaron los Marqueses de Torrealta en 1856. También llevará el corazón de oro y rubíes fundido por oro donado por sus devotos y el manto de salida en terciopelo negro bordado en oro donado por la familia Barbarín en 1835.