Almería

El exdecano pone al descubierto presiones políticas a la justicia

  • El colectivo de operadores jurídicos de Almería no respaldó en asistencia al magistrado

EL "paraninfo" del Círculo Mercantil albergó un total de 32 personas incluyendo la presencia del magistrado, Antonio Molina García-Martín, autor del libro presentado, "Los que no somos nadie", y media docena de amigos próximos: Una cámara de la televisión municipal y un fotógrafo acreditado por este medio me invitan a reflexionar sobre la amplia y extraña ausencia de asistentes que, cuando menos, podríamos calificar de "descortés" por ser el artífice de la obra, en su día, un magistrado vinculado estrechamente con Almería, donde ejerció sus tareas con absoluta honestidad y entrega. Sobrarían las excusas e identificaciones favorables con el personaje que, por lo visto, no motivó a quienes tendrían que haber hecho acto de presencia por múltiples razones, a no ser que el exceso de trabajo justificara sus incomparecencias en el "salón noble" del Círculo en el que en reiteradas ocasiones se realizan actividades culturales de todo tipo, como manifestó su vicepresidente, Juan José Jiménez, tras dar la bienvenida al autor del libro y disculpar la ausencia del presidente, Paco Balcázar, por encontrarse de viaje.

Si atendemos al sabio refranero, cuando dice "obras son amores y no buenas razones" y aunque dejemos de entendernos con aquellas personas que temen, por sistema, a los prejuicios, sin importarles demasiado el contenido de los argumentos que pudieran esgrimirse; en este caso, estaríamos hablando de una preferencia de la condición humana, posiblemente inspirada en la "ascensión" desde la causa común de los que así lo entiendan; pero, lo cierto es que la descortesía sufrida por el magistrado, a mi parecer, agranda bien poco los espacios del alma.

Antonio Molina García-Martín merece los mayores elogios al denunciar la intromisión de la política en la justicia ya que pone en peligro la independencia de los jueces y en consecuencia la seguridad jurídica de los ciudadanos. Lamentablemente, determinados sectores de la judicatura están propiciando que se desnaturalicen las funciones del juez, mezclando ámbitos que nada favorecen la imparcialidad del juzgador, con la consiguiente repercusión en la ciudadanía.

En su libro, advierte de los desmanes que se están produciendo sin otra finalidad que la de conseguir que estos se corrijan para que todos podamos disfrutar de una justicia independiente, bien concebida y sin presiones ni manipulaciones por ningún otro órgano de poder que pueda mediatizarla. Por ello, contrapone el término de "Los que no somos nadie", frente a los que manipulan los tentáculos del poder corrupto, identificándoles con la figura del "trepa", "juez estrella" y otras denominaciones referidas a quienes ostentan y manejan los destinos inciertos de este país, que de no remediarse. corremos el peligro de ser víctimas propiciatorias de sus desafueros.

El autor del libro, a las preguntas que se le efectuaron referidas a la independencia de la Justicia y sobre las modificaciones necesarias para que esta funcione y sea eficaz, respondió de forma absolutamente contundente, manifestando que: "todos sabemos que determinados ámbitos de la Justicia están mediatizados por el poder ejecutivo afectando de plano a la independencia de los jueces".

Como solución, propuso suprimir los nombramientos "a dedo" y dejar que los puestos de gran responsabilidad de la Judicatura sean cubiertos por el orden riguroso del escalafón, sin perjuicio de que, en aquellos casos que el que accede al cargo para ocuparlo no sea el idóneo, se lleve a cabo una remoción del mismo para ser ocupado por el siguiente. Con ello se reforzaría la independencia judicial por no depender los cargos de quien los designe o los cese, sino que solamente han de estar sometidos al imperio de la Ley.

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