El tren talgo que cubre el trayecto entre Almería y Madrid colisionó en la mañana de ayer con un autobús, de la línea regular que une Guadix y Benalúa, en este último término municipal de la provincia de Granada, sin que el siniestro haya causado heridos.

Fuentes de la Guardia Civil informaron de que el accidente se produjo cuando un autobús quedó averiado, sobre las 9:00 horas, en un paso a nivel señalizado en la carretera A-325.

Al parecer, los cuatro pasajeros que viajaban en ese momento en el autobús lograron apearse junto al chófer, antes de que la parte delantera colisionara con el tren.

El accidente no ha ocasionado daños personales aunque sí ha causado un retraso de unos treinta minutos al tren, que posteriormente ha podido continuar con normalidad su trayecto, informó por su parte un portavoz de Renfe.

A pesar de las necesidades evidentes que tiene el ferrocarril en la provincia, lo cierto es que no hay que lamentar incidentes graves en Almería en las dos últimas décadas. Para encontrar una tragedia hay que remontarse a 1994. L pueblo de Gádor y en general, toda la provincia de Almería mantiene aún presente en el recuerdo el dramático accidente ocurrido en esta localidad del Bajo Andarax el 17 de noviembre de 1994 en donde murieron siete personas entre ellas dos bebés de escasos meses, al arrollar una locomotora de cien toneladas a una ambulancia en uno de los pasos a nivel existentes a la salida de la localidad. Ninguno de sus ocupantes sobrevivió al terrible impacto.