Almería

Pegados a la pantalla

  • Los niños almerienses pasan una media de 6 horas al día y entre semana frente a la tele, la consola y el ordenador

Los padres de hoy fueron en la infancia objeto de estudios por los efectos que sobre la educación y la salud podría acarrear la entonces bautizada caja tonta, que hoy en día rivaliza en la captación del interés de los niños con ordenadores, consolas, teléfonos inteligentes y tabletas. Un completo surtido de aparatos eléctricos que absorbe la atención hasta tal punto que los menores almerienses pasan una media diaria de entre cinco y seis horas literalmente pegados a las pantallas. Un dato este preocupante si, además, se tienen en consideración dos aspectos: el cómputo está relacionado únicamente con el ocio, por lo que no incluye las horas de estudio delante del ordenador, y deja aparte a los móviles.

En la mayoría de hogares actuales los niños conviven con al menos cinco pantallas. Los tiempos que pasan atentos a las mismas han sido objeto de un estudio realizado desde la Universidad de Almería y dirigido por Encarna Soriano, profesora de Métodos de Investigación y Diagnóstico en Educación. El proyecto Educación para la salud transcultural en los jóvenes, inmigrantes y autóctonos de Almería aborda muchos aspectos relacionados con el bienestar en los adolescentes (de 10 a 18 años), teniendo en cuenta la incidencia que tiene la cultura de origen de cada nacionalidad.

Una primera fase de este proyecto, a la que el equipo investigador ha dedicado ocho meses de trabajo, ha consistido en la elaboración de una encuesta sobre un universo de 2.160 estudiantes de los doce centros de enseñanza de la provincia de Almería con mayor porcentaje de alumnado extranjero, de edades comprendidas entre los 11 y 18 años, y de 72 nacionalidades diferentes.

Las cuestiones a las que se han enfrentado los jóvenes participantes abarcan un amplio espectro de hábitos saludables, desde la alimentación, a las emociones o el acoso escolar y, por supuesto, el ocio. Una de las preguntas que les han sido planteadas a los escolares ha sido el tiempo que dedican a la televisión, los videojuegos y el ordenador como entretenimiento. La media supera las cinco horas diarias, una cifra que crece de manera considerable los fines de semana.

Los resultados obtenidos están siendo aún cotejados y serán expuesto en un seminario en junio, si bien este avance ya resulta ciertamente inquietante. "Las cuentas no salen. Si los niños tienen que dormir unas diez horas, pasan seis en centro de enseñanza y otras seis delante de una pantalla, al día le faltan horas para comer, estudiar, hacer deporte, jugar...", cuestiona Encarna Soriano, quien incide en que el uso del móvil tiene su propio capítulo.

Según el informe, la televisión acapara prácticamente los mismos tiempos los días de clase que los fines de semana y apenas se perciben diferencias atendiendo al sexo y a la cultura de origen, lo que no ocurre con el ordenador y sobre todo las consolas. Por género, son los chicos los mayores consumidores de videojuegos y, por nacionalidades, los rumanos, los que mayor atracción sienten. Dedican de media más de tres horas al día los fines de semana.

Aparte de los reveladores resultados que se están obteniendo, el proyecto no se limita a la realización de la encuesta, sino que dedica una segunda parte a la intervención directa, con la que se trata de corregir hábitos inadecuados que puedan afectar a la salud y trabajar sobre las diferencias detectadas entre el alumnado de origen inmigrante fomentando la multiculturalidad. "Se trata de un trabajo directo con el alumnado, al que le planteamos cuestiones con la finalidad de promover hábitos saludables y llevar una vida sana y activa", explica Soriano.

A partir de diagnóstico básico (fase de la encuesta), los investigadores han creado dos grupos de trabajo que parten de idénticas condiciones. Uno de ellos es el grupo de control, sobre el que no han intervenido. El otro forma parte de esta segunda fase experimental. Para ello, el equipo de la Universidad se ha trasladado a Campohermoso, al instituto Campos de Níjar y al colegio Libertad, un centro éste con el mayor porcentaje de alumnado extranjero matriculado de toda la provincia, el 70%. En el IES, los investigadores han seleccionado a doce jóvenes con cualidades de liderazgo, los cuales han recibido formación específica de habilidades educativas para dirigirse a los alumnos de primaria.

Es un grupo de unos 30 niños del colegio Libertad que una vez a la semana, desde el pasado mes de enero, cambian a sus habituales profesores por estos jóvenes maestros en salud. Esta fase del programa aún está en desarrollo. Finaliza el próximo mes de junio, cuando el grupo de control, sobre el que no se ha intervenido, servirá de elemento comparativo a la hora de evaluar la evolución del grupo de intervención.

Las expectativas en cuanto a la obtención de resultados positivos que confirmen la importancia de reforzar la educación para la salud preventiva -no es lo mismo una vida sana, que curarse una enfermedad- con herramientas preventivas que contemplen las diferencias culturales entre el alumnado local e inmigrante son ya constatables. "Por ahora, hemos comprobado que los mediadores han experimentando un cambio brutal, habiendo constituido un refuerzo extraordinario el cambiar de rutinas y sentirse protagonistas", adelanta Soriano.

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