Hablar de Enrique Marín es hablar, innegablemente, de la historia de Prendimiento y, sin lugar a dudas, de la Semana Santa y el mundo de las hermandades en nuestra capital. Más de 30 años en su cofradía de penitencia le avalan pero esta vez viene a estrenarse en una de gloria, esa a la que él denomina "su otra hermandad", la de la Virgen del Mar. Y es que mañana, de 18:00 a 22:00 horas, Quique, como le nombran cariñosamente sus amigos, luchará por convertirse en Hermano Mayor de la Patrona de todos los almerienses, "su Virgen", con el permiso siempre de su "Madre de la Merced". El ExHermano Mayor de Prendimiento y Pregonero de la Semana Santa del 2014 no lo tendrá fácil. Luchará con la candidatura de Elías García Amat, un clásico ya al frente de la Hermandad de la Virgen del Mar. Enrique Marín, confiesa a este medio, sólo espera una cosa para las votaciones de mañana: "Espero que la gente vaya libremente a votar, sin ser coaccionada y con transparencia".

Hablar del actual Teniente Hermano Mayor del Prendimiento es hablar, como decimos, de historia viva y pura de las cofradías almerienses. Pero también en la citada Hermandad de la Virgen del Mar echó sus primeros dientes, navegando entre la calle Solís, la Plaza de Santo Domingo y la Plaza de Los Olmos. "Recuerdo cuando era niño y jugábamos allí, ya que antes vivía en la calle Solís. Desde jovencillo iba al Santuario, en donde fui monaguillo, y conocí a frailes muy buenos como fueron el Padre Vicente o el Padre Agustín".

El candidato a comandar la Virgen del Mar durante los próximos años, si los hermanos así lo deciden mañana en la Casa de Hermandad de la misma, siempre se movió en torno a la imagen. "Me acuerdo de las Romerías, las Nochebuenas con la Salve Solemne y, sobre todo, de gente tan buena como Conchita Alarcón, Eva Alarcón, Conchita Rabel y Diego Alarcón, sin olvidar, por supuesto, a Francisco Colomer y a José Manuel Gómez Angulo".

Enrique Marín no es nuevo en esto de "trabajar con la ilusión de un niño por y para la Virgen del Mar", como él mismo confiesa. "Estuve en las Juntas Directivas de Francisco Colomer y de Francisco Gómez Berjón, desempeñando los cargos de vocal y mayordomo, respectivamente".

El expregonero de nuestra Semana Santa, con la humildad y señorío que le caracteriza siempre, confiesa que "no quiere ir en contra de nadie". "Vengo con las ganas de extender la devoción a la Virgen del Mar y de abrir la Casa de Hermandad a todo el mundo para llenar a la hermandad de ilusiones nuevas junto a un gran equipo de gente", matiza el pretendiente de la Patrona.

Preguntado por el programa, Enrique Marín Sorroche reitera que su intención es la de abrir la Casa de Hermandad y acoger a todos los hermanos de la corporación y que, sobre todo, "tenga vida". De igual modo, le gustaría que la hermandad también se renovase a los nuevos tiempos. "Me gustaría crear algo tan sencillo como son unas redes sociales para la hermandad, para estar en continuo contacto directo con todos sus hermanos".

El hermano carismático del Prendimiento insiste en que no tiene nada en contra de la otra candidatura con la que competirá mañana por ser el próximo Hermano Mayor de la Patrona. "No tengo nada con Elías, simplemente creo que la hermandad necesita un cambio y me veo con ganas, ilusión y fuerzas para hacer frente a ello". En caso de resultar vencedor, recuerda Enrique Marín, "lo principal es rodearte de un buen equipo. Que cada uno ejerza su cargo porque es bueno dejar a la gente trabajar en su campo y no abarcar varios cargos a la vez, hay que darle un voto de confianza a todo el mundo, siempre con amor a la Virgen y sin ninguna otra pretensión, por supuesto".

Enrique Marín, aquel monaguillo que se crió entre los muros de Santo Domingo y los aledaños de la Catedral, está a las puertas de aprender una aventura más en su larga trayectoria cofrade. Las elecciones, para sorpresa de muchos, recordamos, mañana jueves de 18:00 a 22:00 en la Casa de Hermandad. Como diría un sabio, la suerte está echada y que gane el mejor. Eso sí, siempre con la transparencia y legalidad que deben envolver a todas las hermandades.