-Dejas la portavocía de la Oficina Periférica de Comunicación (OPC) tras quince años.

-Sí, quince años en dos periodos muy bonitos. Me ha gustado el trabajo que he hecho, me ha ilusionado mucho, he aprendido mucho y lo mejor de todo, he conocido a gente fantástica, a grandes profesionales, tanto en mi labor dentro de la Guardia Civil como fuera. Algunas amistades dejo por el camino, que es lo más bonito y gratificante.

-¿Cómo ha sido este trabajo?

-Desde la OPC se le ha puesto muchas ganas e ilusión al trabajo. Empezamos desde cero. Comencé cuando se crearon las OPC y empezamos de cero, sin saber nada y poquito a poquito hemos ido poniendo de nuestra parte. Los medios nos han ayudado mucho también. Hemos intentando vender el trabajo de la Guardia Civil, que creo que es muy bueno, y de los compañeros. Nosotros somos meros relatores de lo que hacen los que están a pie de calle... es lo que le digo a muchos de ellos que para mí es muy fácil relatar un trabajo bien hecho.

-¿Cómo te surgió la oportunidad de incorporarte a la OPC?

-Fue muy rocambolesco. Estaba destinado en aquel entonces al Servicio Marítimo y el teniente coronel de la Comandancia le pidió al capitán que se hiciera cargo de la OPC y él quiso que alguien de su confianza que estuviera en su unidad se hiciera cargo de la OPC y me tocó a mí. Sí tengo que decir que mi vocación frustrada es la de periodismo. Me hubiera gustado estudiar periodismo y no pude pero, mira por dónde, las vueltas que da la vida, acabé en el gabinete de prensa en la Comandancia de la Guardia Civil en Almería.

-Ahora vuelves al Servicio Marítimo

-Vuelvo al Servicio Marítimo, sí. Por circunstancias tuve que dejarlo y me fui queriendo volver y lo he conseguido después de 14 años. Dejé el Servicio Marítimo en 2002 y después de 14 años lo he conseguido.

-En estos quince años casi se puede decir que has sido tú el que ha puesto en pie y convertido a la OPC en lo que es hoy día.

-Ha sido un trabajo de todos. He hecho mi trabajo y no busco reconocimientos. Prefiero pasar de puntillas por los sitios. Es cierto que han sido muchos años y dejas huella pero insisto en que ha sido un trabajo de todos, del primer al último guardia de la Comandancia de Almería. Ya he dicho que aquí en la OPC hemos sido meros relatores del buen trabajo que han hecho los demás. Me consta que ha sido un trabajo magnífico en muchísimos casos. Tengo la completa seguridad de que los compañeros de la calle le han puesto todas las ganas del mundo, que le ponen la máxima ilusión y con esa misma ilusión trabajamos nosotros en la oficina. Entonces, nos gusta que cuando el compañero que está de servicio hace un buen trabajo, nos gusta transmitir ese buen trabajo y que sea un reflejo en los medios de comunicación. Sé que eso, en su fuero interno le reconforta y sé que para el ego más grande o pequeñito que tenemos cada uno le viene muy bien y los refuerza.

-¿Estás satisfecho con esta labor de aperturas de puertas?

-Sí, cada vez más. De hecho somos la institución más valorada según el barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). La Guardia Civil, con nuestros fallos, con nuestras virtudes y defectos, está ahí, en el tajo, a pie de calle, de los primeros hasta los últimos. Eso la gente antes lo sabía pero ahora tiene más conciencia de ello. Creo que desde que se crearon las OPC la política informativa de la Guardia Civil ha ido a mejor y nos conocen más y mejor. Ya cualquiera ve las patrulleras del Servicio Marítimo y no le resulta extraño. Hay muchas especialidades que eran las grandes desconocidas y poquito a poquito, a través de visitas a colegios, de notas de prensa, de servicios que han hecho, se han ido conociendo y la gente conoce ahora más y mejor a la Guardia Civil.

-En este tiempo, ¿cuál ha sido tu mejor experiencia?

-No sabría decirte. Ha habido muchos días en los que he disfrutado trabajando, haciendo notas de prensa o grabando operaciones, haciendo declaraciones a medios. Son muchas, me he ido muchos días con un regusto dulce en la boca. Ha habido operaciones muy buenas que se han hecho en todos los ámbitos. Quizá sea el día que los compañeros de la Unidad de Seguridad Ciudadana de la Comandancia (USECIC) atendieron a una parturienta en la autovía y la llevaron al hospital y después le puso de nombre Pilar a su chiquilla. Aquel fue un día en el que dije "olé".

-¿Y la peor?

-Cosas que se nos han quedado en el tintero, que no hemos logrado hasta ahora sacarlas para delante, como el caso de Lourdes García. El de la niña de Fiñana fue horrible y más como padre. Tenía que dar la información de lo que iba pasando en unas Navidades. Es el que más me dolió, fue la información más amarga que he tenido que dar.