No será festivo, pero casi. Para muchos es ya un día marcado en rojo en el calendario. Las obras de El Cañarete toca a su fin. El Gobierno anunció ayer que la carretera estará completamente operativa en ambas direcciones y durante todo el día a partir del próximo 31 de mayo, cumpliendo de esta forma con la promesa de Andrés García Lorca, subdelegado del Gobierno en la provincia de Almería: "Dije que el 31 se abría la carretera en los dos sentidos y el 31 se abrirá. Punto y pelota". Por lo tanto, casi medio año después de que se produjeran los desprendimientos, tras varios sustos, aperturas, cierres, reaperturas y más caídas de rocas... parece que la trama de este argumento va tocando a su fin. Y muchos lo agradecen.

Primero los usuarios frecuentes de este paso entre Almería y Aguadulce, que durante este tiempo han tenido que sufrir largas colas en la rotonda de acceso al municipio roquetero, pues aunque se abrió un carril por Las Colinas y este subsanó en cierta medida el problema, no había forma de encontrar una solución que atajara de raíz el corte de la N-340a. Y después los comerciantes, quienes también hicieron sentir su malestar con el periodo de duración de las obras, argumentando que el cierre de los sentidos y los horarios estaban perjudicando a sus negocios.

Pero, al fin, el muro de 22 metros para contener posibles desprendimientos de los acantilados que discurren junto a la vía está finalizado, por lo que únicamente está pendiente de un tratamiento para evitar su impacto paisajístico. En este sentido, García Lorca explicó que si bien la Junta de Andalucía ha concedido un plazo de dos años para esta actuación, la misma se llevará a cabo en septiembre puesto que "no es una obra de extrema urgencia".

El subdelegado matizó que también están pendientes de finalizar algunos otros detalles de la actuación que no impedirá el "uso normal" de la carretera. "Los trabajos no interrumpirán el tráfico", explicó el representante del Gobierno, quien ha invitado públicamente al acto de apertura a la delegada de la Junta en Almería, Gracia Fernández, de quien ha señalado que mostró "poca fe" en la actuación.

García Lorca también valoró la aprobación provisional del estudio para la creación de un nuevo enlace en la autovía A-7 con Aguadulce norte tras su publicación este martes en el Boletín Oficial de la Provincia para la consulta y presentación de alegaciones. Según García Lorca, este enlace estará "funcionando" en agosto.

Ese es el presente y el futuro, pero muchos se acuerdan aún del pasado. En concreto, la madrugada del 2 de noviembre del pasado año, cuando el temporal que azotó con virulencia a la provincia provocó la caída de grandes rocas, tras rajar la malla protectora instalada para evitar este tipo de corrimientos de tierra. Fue el detonante que permitió descubrir una triste realidad: el talud rocoso que rodea a esta vía era una manzana podrida.

Con las obras paradas desde hacía días, el 11 de diciembre la Subdelegación confirmaba a Diario de Almería que era necesario llevar a cabo nuevas intervenciones en la roca para evitar nuevos desprendimientos, debido a que se había sometido a los burones -anclajes- realizados en la pared a varios tests de esfuerzo y el resultado de estas pruebas demostraba que era necesario ampliar el número de éstos.

El 13 de diciembre, El Cañarete reabría parcialmente sus puertas con un horario intermitente -de apenas cuatro horas al día-, y únicamente en sentido Almería-Aguadulce, medida que pretendía garantizar que prosiguiera el desarrollo de las obras de emergencia. Un mes más tarde, se ampliaron los horarios, de forma que durante cinco horas por la mañana se podía viajar de Aguadulce a Almería, reservando otras nueve horas para el sentido Almería-Aguadulce por la tarde.

A inicios de febrero del presente año, El Cañarete regresaba casi por completo. Permanecería abierto las 24 horas mientras seguían las obras. Algo contradictorio en sí, porque no fue hasta el 30 de marzo cuando se rubricó el protocolo que permitía dotar económicamente la segunda fase de las obras de emergencia aprobadas por el Gobierno central con una partida de 1 millón de euros, aproximadamente.

Finalmente, salvo sorpresas de última hora, los problemas generados por El Cañarete han tocado a su fin a la espera de que la naturaleza no dé más problemas.