Almería

Almería está sobreexpuesta al arsénico, elemento cancerígeno

  • Está de forma natural en rocas y suelos, pero también en fertilizantes fosfatados, insecticidas y fungicidas El sur de la provincia, más afectado

La provincia registra una sobreexposición al arsénico, un semimetal tan esencial para la vida como perjudicial en grandes cuotas. Según el estudio realizado Centro Nacional de Epidemiología, Almería es una de las provincias con mayor concentración de este elemento en el entorno natural. El arsénico está presente en cantidades bastante abundantes en la corteza terrestre y en cantidades más reducidas en la roca, el suelo, agua y el aire. Está presente en numerosos minerales. Alrededor de un tercio del arsénico presente en la atmósfera proviene de fuentes naturales, por ejemplo de los volcanes, y el resto proviene de actividades humanas. Cuando hay contaminación geológica natural, se pueden encontrar altos niveles de arsénico en el agua de bebida que proviene de pozos profundos., pero también en otros medios menos naturales como los fertilizantes fosfatados, insectividas y fungicidas... y Almería sabe bastante de estos productos.

El suroeste de la provincia es el que mayor densidad posee, coincidiendo, precisamente, con la concentración de la agricultura intensiva, aunque este estudio no indica ninguna relación entre los productos que el sector ha usado y los casos de cáncer que ha estudiado.

Los profesores Gonzálo López y Oliver Núñoez han analizado en torno a 860.000 muertes por cáncer en casi 8.000 municipios del territorio nacional durante un periodo que abarca desde 1999 hasta 2008.

El estudio pone de manifiesto que la mortalidad por cáncer de cerebro, pulmón, estómago, páncreas y linfoma no Hodgkin es mayor en zonas con niveles más altos de arsénico. Las concentraciones de este metaloide se han obtenido del Atlas Geoquímico, una obra elaborada por el Instituto Geológico y Minero de España a partir de la toma de muestras en 13.000 localizaciones diferentes del país. Las personas pueden estar expuestas al arsénico en los alimentos y el agua . También se puede inhalar en el serrín o ser respirado en el humo a través de la quema de madera tratada con arsénico o cenizas volantes de la combustión del carbón.

Las personas en la población general pueden exponerse al arsénico cuando fuman tabaco, beben agua contaminada o consumen alimentos preparados con plantas que fueron irrigadas con agua contaminada. El arsénico inorgánico está presente naturalmente a niveles altos en las aguas subterráneas de algunos países, incluido Estados Unidos. En general se piensa que la exposición al arsénico por agua potable contaminada es más dañina para la salud de las personas que la exposición al arsénico a través de alimentos contaminados.

La concentración de metales pesados en el suelo también se determina por su presencia en el tejido animal. El uso de biomarcadores en el ganado vacuno ha sido sugerido como una manera de seguimiento de estos elementos en el medio ambiente, ya que evitan la problema de la biodisponibilidad planteado por las muestras de suelo. Los resultados muestran una asociación estadística en los hombres y mujeres por igual con respecto a la concentración de arsénicoen términos de mortalidad por cáncer de estómago, páncreas, pulmón y cerebro. Además, se observa una asociación con el cáncer de la cavidad bucal y de la faringe, colorrectal, renal y de próstata en hombres.

En el pasado, las personas estaban expuestas al arsénico durante algunos tratamientos médicos y por el contacto con pesticidas. Los compuestos de arsénico inorgánico se usaron ampliamente como pesticidas hasta mediados de 1990 y se encontraban en algunos medicamentos hasta la década de 1970. En los años 1990, las investigaciones demostraron que un compuesto de arsénico, el trióxido de arsénico, era eficaz para el tratamiento de la leucemia promielocítica aguda.

El arsénico se presenta en diferentes formas y parte del arsénico es transportado de un medio a otro en el entorno, lo que puede provocar un cambio en su forma. El viento o el agua pueden mover el arsénico presente en las rocas o suelos erosionados. Muchos compuestos orgánicos se fijan en el suelo y solo se mueven un poco cuando el agua se filtra a través del suelo. Cuando procedimientos industriales o actividades volcánicas emiten arsénico a la atmósfera, el arsénico se une a partículas que el viento transporta y que vuelven a caer al suelo.

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