Almería

El lujo de los 'victorinos' en el cierre del abono

Deparó cosas importantes el festejo que cerró la feria de esta año en el coso de la Avenida Vilches. Nombro la palabra importante en su acepción de significar determinante. Porque tan importante es que esa tarde el público almeriense le diese la espalda al festejo con una pobre entrada en el tendido, como en sentido contrario llegara ese reencuentro de los toros cárdenos de Victorino tras once años de no venir a esta plaza. Del cartel original tan solo se quedó inscrito el nombre del valenciano Román. Por percances y situaciones personales, el tiempo terminó arrancando del mismo los de Manolo Escribano y el del almeriense Francisco torres Jerez.

Seguramente haya que recordar muchas cosas de la feria y tal vez haya motivo para que cada uno se haya quedado con momentos de la misma. Particularmente pienso que tanto la presencia de los toros de Victorino en ese cartel y lo que sucedió sobre el ruedo almeriense posiblemente sobre la inmediatez de la feria solo se atisbe en función de premio más o premio menos, pero a la larga no desprecien ustedes que se maneje con distintas y variadas pretensiones respecto al futuro d la feria, a la que desde luego le va a quedar un amplio debate entre todas las partes. Al margen de todo eso, si algo ha dado la presencia de esos seis albaserradas es la certeza de que tienen un sello diferente, que otorgan vitola a cualquier plaza y que los triunfos de los toreros se hacen más grandes ante ellos.

De ahí la enorme valoración que le cabe a esas dos faenas de Curro Díaz, rindiendo arte, plasticidad, oficio y esa torería innata en el torero de Linares, para irse en solitario por la Puerta Grande. La veteranía y el oficio fue lo que separó a Curro de sus dos compañeros de cartel, porque tanto David Galván como el valenciano Román demostraron agallas y determinación para jugarse la cornada a cambio de un triunfo. Ambos cortaron una meritoria oreja después de pasar por el trance de dos incruentas pero serias volteretas que los victorinos se cobraron en cuanto tuvieron la mínima oportunidad.

En cuanto a los cárdenos protagonistas de la feria digamos que Victorino se trajo a Almería una corrida seria, con mucho cuajo en los tres últimos de la tarde y con trapío suficiente el resto del encierro.

Tuvo tres ejemplares buenos para el torero que fueron primero, cuarto y sexto, mientras que el resto, aun sin ser alimañas, tuvieron ese comportamiento a veces picante a veces mas soso, pero siempre con el interés que da el toro encastado y con presencia en la plaza.

Lástima, repito, que por la Fiesta en sí, esa tarde no hubiese sofocón para acceder al tendido. Será cuestión de pensar mucho.

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