Almería

La ciudad se echa a la calle para besar las manos de 19 vírgenes

  • Éxito rotundo del Besamanos Magno Mariano 'Mater Misericordiae' organizado por la Agrupación por el Año de la Misericordia

Éxito rotundo. Así podría calificarse la jornada de ayer en la ciudad de Almería. Un día histórico para los cofrades y una jornada que pasará a las efemérides de todos los amantes y devotos de la Pasión, Muerte y Resurrección de Jesucristo pero también de la ciudad en general. Fue a las nueve de la mañana cuando se abrió este Besamanos Mariano Magno que clausura el Año Jubilar de la Misericordia convocado por el Santo Padre en la provincia almeriense. En concreto, fue la Iglesia de San Pedro la más madrugadora con las imágenes de la Virgen del Rocío, Virgen de los Dolores y María Santísima de Fe y Caridad. Esta última, por cierto, lució con el Señor de la Santa Cena justo detrás de ella en una estampa única y singular. A esa misma hora, la Parroquia de San Sebastián acogió a los primeros fieles que acudieron a besar las manos de la Virgen del Primer Dolor, al igual que Los Ángeles comenzó su Besamanos dentro de los cultos que está celebrando en honor a su titular mariana estos días. A las nueve y media, la Catedral abrió sus puertas para arrancar el Besamanos de Nuestra Señora de la Merced y Nuestra Señora del Amor y la Esperanza.

A las diez, por su parte, abrió San Ildefonso que expuso a sus dos imágenes marianas, la Esperanza Macarena y Nuestra Señora del Rosario. Santa Teresa hizo lo propio con la Virgen de las Penas, titular de la Caridad, y María Santísima de los Desamparados, titular de Pasión. En El Zapillo, el Gran Poder también se sumó a la cita con la Virgen del Mayor Dolor y Traspaso, al igual que San Roque, en el barrio de Pescadería, con la Virgen del Carmen antigua (no la de procesión) y la Virgen de las Lágrimas, de la Cofradía del Calvario. En San Agustín arrancó a las diez el Besamanos a María Santísima del Consuelo. En Los Molinos, la Virgen de Gracia y Amparo, que también celebra sus cultos durante estos días, comenzó a recibir a los primero fieles que se acercaron a besar su mano. Desde aquí, por cierto, comenzó el pasacalles la Banda de Música de Montserrat antes de marcharse al Zapillo. Santiago, de igual modo, abrió su templo para que la Virgen de la Soledad recibiese a todos sus feligreses y devotos.

El repique de campanas anunció a la ciudad, a las doce, que una cita especial se estaba celebrando en Almería. El Ángelus se rezó en Macarena, Estudiantes, Coronación, Silencio, Carmen y en San Pedro con sus tres imágenes. La Agrupación del Mar arrancó su pasacalles desde la Iglesia de Los Ángeles, donde entró para interpretar la marcha Sagrada Cena a la titular mariana. El Carmen arrancó el suyo en San Roque donde le tocó a la Virgen del Carmen y a la Señora de las Lágrimas. El anfiteatro se convirtió en punto de encuentro de todos los cofrades y fue el consiliario de la Agrupación, José María Sánchez, quien realizó la oración cofrade. Tras esta, las tres formaciones ofrecieron un miniconcierto interpretando tres marchas cada una. Tras el almuerzo, las dos de las 18 cofradías que no abrieron sus puertas por la mañana hicieron lo propio. En concreto la Virgen de la Paz, en el Espíritu Santo, y la Virgen de la Amargura, en San Antonio de Padua. Con los 13 templos abiertos llegó el momento culmen de la cita, con todas las parroquias a rebosar de gente. A las nueve de la noche, en Santiago, se cerró este magnífico acto que puso el broche de oro, sin duda, a un año especial convocado por el Papa Francisco.

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