Almería

Ecosistema de sal para aves migratorias

  • El lunes se celebra el Día Mundial de los Humedales. Las Salinas de Cabo de Gata representan uno de los hábitats más importantes de la provincia, donde conviven la industria y naturaleza

Pasado mañana se celebra el Día Mundial de los Humedales. La provincia de Almería posee varios de estos espacios entre los que se encuentra el de las Salinas de Cabo de Gata, con una superficie de 300 hectáreas y que, desde 1989, está recogido en el convenio Ramsar, que le da reconocimiento internacional y contribuye a su conservación y uso racional mediante acciones locales, regionales y nacionales.

Las Salinas de Cabo de Gata tienen su origen hace más de 3.000 años, cuando se crearon de forma natural estos espacios para la obtención de sal. Debido a su excelente localización geográfica, desde siempre han sido zona de descanso para las aves migratorias que se disponen a cruzar el Mediterráneo, rumbo a África, o que acaban de hacerlo camino de la Europa más fría.

El Programa de Seguimiento de la Fauna Silvestre de la Consejería de Medio Ambiente tiene por objetivo controlar y censar el paso de estas aves, con el objetivo de facilitar su identificación y mejorar su adaptación.

Durante 2008, en un sólo día, los técnicos de la Consejería llegaron a censar más de 8.000 aves de casi 40 especies distintas, lo que pone de manifiesto la magnitud de la importancia de este humedal, que "es uno de los de mayor valor biológico de Andalucía", según el delegado de Medio Ambiente en Almería, Clemente García.

La especie más común en las Salinas de Cabo de Gata es el flamenco -en 2008 se llegaron a avistar en un día más de 1.900-. Además de éstos, cigüeñuelas, garzas reales, patos, avocetas o alcaravanes son parte de las más de 80 especies que se han llegado a avistar en la zona.

Las aves avistadas en las Salinas proceden principalmente de los humedales de Málaga -donde anidan los flamencos-, de Cataluña o el sur de Francia e Italia, que encuentran en Cabo de Gata el lugar perfecto para reponer fuerzas o, incluso, pasar la época de más calor.

Los flamencos son, sin duda, las especies más llamativas de todas las que se encuentran en las Salinas. Su paso por la provincia suele ser permanente todo el año, durante el cual se renuevan los grupos asentados en la zona. Ya han sido varios los intentos de reproducción de esta especie cuya lengua, cuenta la historia, era un excelente manjar para los romanos, pero ninguno de ellos ha salido adelante.

Las Salinas de Cabo de Gata son, en palabras de Clemente García, "un ejemplo muy claro de sostenibilidad" debido a la perfecta convivencia entre las aves y la explotación salina, que se vuelven imprescindible, a su vez, para la supervivencia de éstas, gracias a ecosistema generado.

"Un universo con dos mundos diferente" es como el delegado definió ayer este zona, durante la visita que realizó junto a los técnicos que trabajan en su mantenimiento, con motivo de la celebración de la fiesta del lunes.

En las Salinas de Cabo de Gata ha surgido también una amplia variedad de especies vegetales que se han adaptado perfectamente a las duras condiciones de supervivencia que constituye la alta cantidad de sal que contiene el agua de la zona.

Además de para aves, las Salinas de Cabo de Gata son también punto de encuentro para numerosos especialistas y turistas que llegan a la zona llamados por la importante riqueza ornitológica.

Por ello, la Junta de Andalucía ha habilitado un sendero peatonal, de 12.800 metros, que circunda el humedal, seis paneles interpretativos, dedicados a distinto aspectos de interés como la formación de la albufera, el proceso salinero, y la vegetación, flora y fauna de los distintos hábitats del humedal y su entorno; y cinco observatorio de aves, estratégicamente situados a lo largo del sendero.

Además de las Salinas de Cabo de Gata, en la provincia de Almería existen otros humedales que son las Albuferas de Adra, las Salinas de Guardias Viejas, los Charcones de Punta Entinas-Sabinar, la Cañada de las Norias y las Salinas de Cerrillos, a los que hay que añadir las desembocaduras de los ríos Aguas, Antas y Almanzora.

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