Almería

La rica y sobria tradición gastronómica de Castilla aterriza Terraza Carmona

  • Los comensales disfrutaron de algunos de los platos típicos de la zona interior de España. Hoy se cierran las jornadas

La sobria creatividad castellana hizo acto de presencia ayer en Terraza Carmona de Vera. La tradición gastronómica llegó prendida de hondas raíces, no en balde la catedral de Burgos está ubicada frente al Mesón del Cid, en cuya planta baja estableciera su imprenta, en el último tercio del siglo XV, el maestro Fabrique Alemán de Basilea, discípulo de Gütemberg.

La revolera de ensalada de pimientos con dados de lengua de añojo confitada y tomate raf, obra de Terraza Carmona, y el Cocido brasileño con rabo de cuatreño, paio, batatas y pimientas, escoltaron a la Sopa castellana con caramelo de morcilla y rabo de toro. De lágrima floja.

En la que fuera imprenta, posteriormente taberna, luego Mesón del Cid, nació un incunable que se guarda en la biblioteca de los Reyes de España, la Gramática de Andrés Gutiérrez de Cerezo, una obra fechada en el año 1485, y también la primera edición de La Celestina allá por el año 1499. Con un pasado tan rico, las alubias rojas de Ibeas con morcilla y fingidas croquetas de berza y utrero, de lujo, son el compendio del sabor que supo imprimir el abuelo Pepín en la saga López Alzaga. El Chef Pedro López dice "soy fiel partidario de la sencillez a la que aporto toques de originalidad sin perder las raíces, sin complicaciones. Me encanta hacer pijotadas, pero hay que reconocer que la tortilla de patatas, es la tortilla de patatas".

El bisabuelo de Pedro López, tabernero, falleció a los 100 años de edad y su abuela Modesta con 98, o sea, una familia longeva. Modesta, la abuela, tenía el bar Juarreño, de Ibeas de Juarros, al lado del yacimiento de Atapuerca, y el difunto bisabuelo empezó ahí; "el hombre", cuenta Pedro, "se iba con el carro por media España: a Jaén por aceite, a Murcia por vino; el carro aún lo conservamos.

Como se conserva la forma de hacer, la de de siempre, del 'Cordero lechal asado con patatas panadera, banderilla de carrilada de eral y boletus en tempura'. Bocadito de cielo. Pedro López, gran conversador, cuenta la historia de cómo desde un pequeño local, la familia adquirió un edificio completo e, incluso, construyó un hotel. Cuarenta años de vivencias, en los que los hermanos Jesús y Pedro López, lograron el primer premio de tapas en Madrid con el caramelo de morcilla y ríe al narrar que al restaurante que tienen en Madrid llegó Roberto Verino cuando ya había acabado el acto de presentación.

Verino se empeñó en un caramelito. Aún no sabe como, pero Pedro López pudo darle a comer un caramelito de morcilla a uno de los más prestigiosos diseñadores de la moda mundial.

'Queso de Burgos con nueces y miel y leche frita, el postre del abuelo'. Admirable. Al abuelo de Pedro se le ocurrió cambiar el membrillo que de siempre acompañaba al queso por miel con nueces, la aceptación superó cualquier previsión y le pusieron el nombre: postre del abuelo.

Pedro López se forjó en restaurantes como Cabo Mayor en Cantabria.

Estuvo con doña Camila en Tossa de Mar, que hacía auténticas maravillas con un par de bogavantes y sus especias. Toda una vida y lo que queda haciendo cocina al cocinar.

Hoy viernes, el colofón a las XV Jornadas Gastronómicas, con nuevas sorpresas.

El Toro Bravo en la Cocina, lo pone Terraza Carmona. Amén.

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