Carga al hombro los fines de semana y en sus ratos libres con una cámara. Recorre los antiguos barrios de Almería y sus instantáneas captan esas viejas casas de planta baja que convocan a los vecinos a su cita de sillas en la puerta. Esa estampa de tomar la fresca, tan típica antes en la ciudad, se hace rara ya. Los edificios le han comido terreno a las viviendas tradicionales almerienses o, como Eduardo Milla las llama, a la arquitectura de "puerta y ventana". Ahora las reuniones son de las comunidades de propietarios, pero esas casitas sobreviven colgadas en Internet.

Este joven almeriense, de 23 años de edad, ha creado en Facebook la Plataforma Salvemos la arquitectura tradicional de puerta y ventana. No estudia arquitectura, sino Ciencias del Trabajo, y no vive en una de estas casa de poca altura, sino que reside en un "bloque enorme" de la avenida Pablo Iglesias, pero cuenta Milla que, desde pequeño, ha tenido sensibilidad por el medio ambiente y por el hechizo de los barrios antiguos.

"Siempre me ha llamado la atención ese encanto que hace que la ciudad parezca un pueblo por su tranquilidad, con niños jugando en la calle y las señoras tomando el fresco. Pero muchas casas son derribadas sin ningún tipo de miramiento para levantar horrendas moles que desentonan con el restante paisaje urbano. Siempre he querido hacer algo, pero yo sólo no puedo."

Se puso en contacto con asociaciones pensando en que contaría con su respaldo. "Y no fue así", lamenta. Otros hubieran desistido, pero Eduardo Milla es de ideas firmes y decidió buscar como aliado el poder de difusión de las redes sociales. Creó en febrero la Plataforma y, en pocos meses, cuenta con más de 400 personas agregadas que, como una cadena de favores, también cuelgan sus fotos de casas en peligro de extinción, compartiendo ese mensaje con el que Milla les da la bienvenida: "Si perdemos esta arquitectura, perderemos todos un trozo de nuestra alma."

No está dispuesto a ello y su carácter reivindicativo le empuja a un siguiente paso. "Estoy preparando una pequeña concentración en un lugar donde haya viviendas bien conservadas y leer un manifiesto", La intencionalidad es doble. Trata de remover conciencias entre los propietarios que "no son conscientes de lo importante que es para la historia de la ciudad esta arquitectura tan representativa" y hacer que las administraciones "pongan mucho más empeño en su conservación".