Crónicas desde la Ciudad

Antonio de Torres Jurado (II)Casa- Museo en La Cañada

  • Cualquier historiador o investigador de prestigio no duda en señalar al almeriense (1817-1892) como el auténtico "padre" de la guitarra contemporánea. Lamentablemente, sus paisanos no opinan igual

Cuando Antonio Torres se vino definitivamente de Sevilla a Almería en 1873, su primera gestión, según José Luis Romanillos ("Antonio de Torres, su vida y obra", IEA, 2008), fue abrir una tienda de loza en la calle Real de la Cárcel nº 23 como ocupación principal, tras abonar cinco mil reales (actividad comercial que siguió Julián Arcas con otra de petróleo en c/. Granada). En la calle llamada entonces de Esparteros, sigue Romanillos, nacieron sus hijas Matilde y Ana, aunque no figuran en el Registro Civil y sí otro niño el 10 de diciembre del mismo año (1876) que la menor: Emilio Francisco Torres Martínez.

Un quinquenio después compró la vivienda y huerto de la calle Real de La Cañada nº 80, "cuartel 12", frente a donde nació, propiedad de Carmen Gálvez y a la que se trasladó al repetir viudedad. Decíamos ayer que al fallecer (rambla de Alfareros, 19 de noviembre 1892) sus herederos la vendieron para hacer frente a la deuda contraída con un usurero.

Nada más supimos hasta que el pleno Municipal de 7 de febrero de 1991, presidido por el alcalde Martínez Cabrejas, acordó adquirir por vía de urgencia el inmueble datado a finales del siglo XIX y con grave riesgo de ser demolido. En mayo de 1992 fue inscrita en el Registro de la Propiedad. Desconocemos los detalles de la operación ya que el expediente no se halla en al Archivo Municipal ni está localizable en Urbanismo. Aparecerá, seguro, antes del anuncio, ¡coincidiendo con las elecciones municipales!, de la Fundación Torres que se está gestando. Estupendo. Era la propuesta 109 de las "140 para que Almería siga progresando", prioritarias, y han esperado cuatro años para abordarlo… ¡Que jodíos! No estaría mal un debate a fondo.

Tras un compás de espera, en diciembre de 1994 acometieron la rehabilitación integral a través de una escuela-taller de UGT y de la constructora Al-Haud, según proyecto de Margarita Gutiérrez; con un importe global de 16 millones de las antiguas pesetas. Definitivamente fue inaugurada el 14 de mayo de 1999 con un concierto del granadino Manuel Cano (era alcalde Juan Megino). En el programa oficial guitarrístico ya se anuncia como Casa-museo e incluso establecen un horario de visitas. La década anterior una gestora previa a la Asociación Cultural "Antonio Torres", presidida por Arturo Medina, esposo de Celia Viñas, intentó sin éxito convertirla en biblioteca y Museo Etnológico de la Vega con especial atención a la figura de Torres Jurado.

Otro aspecto sorprendente -en caso de la Cultura almeriense brinde ya margen a la sorpresa- es que actualmente no goce de ningún tipo de protección como Bien de Interés ni figure en el adelanto del próximo Pgou. Y más chocante aún es que en los pasados años ochenta sí estaba protegida "en atención a su valor arquitectónico, histórico y sentimental".

De Vera a Sevilla

Su etapa sevillana (1852-1873) le supuso la consagración definitiva en el campo de la guitarra española, flamenca y clásica. Con anterioridad, su biografía sufre opacidades y carencia de datos contrastados. En cualquier caso, debió estar en Almería capital y en Granada, donde de una manera u otra entró en contacto con el afamado luthier José Pernas y del que debió aprender los rudimentos técnicos necesarios para emprender el vuelo por sí mismo. Determinadas etiquetas en un par de ejemplares y un artículo de Juan Martínez Sirvent publicado en el diario católico La Independencia lo confirma. Este sacerdote, párroco de la Cañada, posterior de Bacares (mi abuelo le compró el cortijo La Refracción de su propiedad) y finalmente beneficiado de la catedral de Córdoba, consolidó una gran amistad con Torres.

Abrió taller de ebanistería en las céntricas y sevillanas calles Ballestillas y Cerrajería y allí conoció a Josefa Martínez Rosado, natural de Cartajima (Málaga), con quien en 1868, tras un tiempo de vida marital, contrajo matrimonio. Torres, con 43 años, la doblaba en edad. Aquí nacieron Teodoro, Isabel y Antonio de Padua (el primero, militar, se distinguió en la guerra de Cuba). Sin entrar en detalles, el apartado de la descendencia nos presenta más de un interrogante según la investigación seguida en el Registro Civil de Almería y Enterramientos del Cementerio Municipal.

Cuando en Sevilla lo visita Julián Arcas, padrino de boda (ignoro si está publicado el expediente eclesiástico o civil), su creatividad se incrementa considerablemente por consejo de éste. Francisco Tárrega, a la sazón muy joven, es otro de los eminentes músicos que al conocer su fama asiste al taller. De sus manos sale la celebérrima "Leona" (actualmente en la Colección Erhard Hannen), La Suprema, Flamenca, La Invencible… En 1858 consigue medalla de bronce en la Exposición Nacional de Sevilla por otro extraordinario ejemplar. Hecha la obligada advertencia de que elaboró dos tipos de guitarras: baratas, para aficionados con escasos recursos, y de alta gama destinadas a profesionales (al parecer hay más de 80 catalogadas), al lector interesado en detalles de su técnica innovadora, maderas, plantillas, modelos, etapas, propietarios e intérpretes, le recomiendo la lectura del citado libro editado por el IEA y la página webs antoniodetorres.es. Sólo añadir que la tradición guitarrística almeriense se continuó con Melchor Moya e hijos, Miguel González Abad "El Cojo", Gerundino y Eladio Fernández, Juan Francisco Salvador (biznieto de Torres recientemente fallecido) y Juan Miguel González.

Centenario

El único vestigio que existía en La Cañada del maestro era el rótulo de una plaza por iniciativa de Andrés Ramón Capel y de la Asociación de Vecinos, y la casa a la que Torres invitó unos días a Francisco Tárrega (febrero, 1890) y al afamado tocaor Paco de Lucena (febrero,1889) cuando estos actuaron en el teatro Apolo y Café cantante Casino Almeriense.

Afortunadamente, al aproximarse el Centenario de su muerte todas las instituciones públicas se unieron para brindarle el merecido homenaje. A ellas se sumaron la Universidad y la peña El Taranto. En la plaza de la iglesia se alzó un conjunto escultórico en piedra rematada por la consabida guitarra, en mármol Macael, obra del escultor almeriense Luis Ramos. Diputación organizó un ciclo de ocho conciertos en la provincia a cargo de Marcos Villanueva tañendo un instrumento del homenajeado de 1868; José Manuel Cano llenó de música clásica y flamenca el Maestro Padilla; la Escuela de Artes acogió la exposición "Antonio de Torres y su entorno", más un brillante recital del paisano Juan Francisco Padilla, acompañado de José Antº Navarro; en Unicaja, Romanillos ofreció una documentada charla-coloquio; el campus universitario se abrió a todos los públicos. Público, por último, que ocupó los aljibes árabes-cristianos sede del Taranto para escuchar la palabra y música de Heredia Amaya, Juan Habichuela, Niño Josele y Sonido Blanco Quarter Jazz o bien admirar la escultura de Marco Dessardo. Eran otros tiempos, tiempos mejores para la Cultura. ¿Conoce la casa la señora concejala de Cultura?, ¿cuántas veces la ha visitado el señor alcalde?

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