Almería

La Ratita Presumida crece y aprende a hablar, cantar y bailar en inglés

  • Más de 500 niños de distintos centros pasaron ayer por el Teatro Cervantes donde disfrutaron de una adaptación musical de uno de sus cuentos favoritos.

La Ratita Presumida como es tan fina, se lava la carita con brillantina... Puede que sí. Ya fue hace años. Ahora baila y canta ¡y sabe inglés! Es toda una mujercita. No quieren perdérselo. Desde primera hora de la mañana, cuando los mayores desayunan café caliente, los pequeños se saltan las normas invisibles que rigen el comportamiento en la cola de entrada al Teatro Cervantes. Saltan, trepan en el banco, arrancan con delicados pellizcos las malas hierbas del macetero. Una experiencia previa antes de conocer, en primera persona, a la ratoncilla más famosa de sus cuentos. Ha estudiado.Ya sabe inglés. y Abel Salvatierra, que estaba sobre aviso, ha preparado a los alumnos del CEIP San Luis para que disfruten de la jornada de juegos y canciones. "Los pequeños saben las frases más pegadizas, las han estado ensayando", asegura.

Durante dos semanas, los 180 niños del primer turno han probado a conocer la magia de los cuentos y la historia de la Ratita más universal. María Luisa Rentero, profesora de Educación Infantil señala a sus alumnos, de cinco años. "Creo que en esto, el que más tiene que ver y más trabajo ha realizado para conseguir la actividad extraescolar es el teacher Abel, al que le damos las gracias siempre". Ella era una de las que estaban cerca de la primera fila bailando. Rodeada de pequeños que no dejaban nota sin su correspondiente movimiento, era una más de la clase.

Casi es el momento del final. Muy a su pesar, claro está. No quieren pensar que se acerca el momento de regresar a las clases. Pero es así, y la Ratita y su amigo Perro tienen que bajar el telón. Empiezan los primeros acordes de una pegadiza melodía. Como han hecho durante toda la obra, entonan en inglés. Y cantan también. No se dan tregua. Los pequeños tampoco. Saltan, sudan, no dejan margen al aburrimiento. Luego toca la salida. Todos en orden, en fila y midiendo distancias. No quieren marcharse sin despedirse de ellos, los actores reciben su saludo más cariñoso, su adiós que en realidad es un hasta pronto. Lo saben y vuelven la mirada. Se colocan en grupos y saludan a la cámara.

Esperan en la puerta 358 más. Quieren disfrutar de la obra y vienen aleccionados convenientemente por sus docentes. Quedan muchas horas por delante y muchas historias que seguir contando. Ellos son así y les quedan muchas sonrisas que brindar. Y a la Ratita todas las historias del mundo que contar.

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