Crónicas desde la ciudad

Parque Nicolás Salmerón Arqueología y estatuas

  • Al amparo de la Ley 7/2007 de Patrimonio Histórico de Andalucía, la Delegación de Cultura de Almería iniciaba en 2009 el expediente a favor de la declaración del Parque Nicolás Salmerón como BIC

LA documentación aportada por el historiador Pablo García Miras para que nuestro Parque por antonomasia sea catalogado Bien de Interés Cultural, con la categoría de Jardín Histórico, se basa en razones sólidas y perfectamente argumentadas. Entre otras consideraciones expone indudables valores históricos (su antigüedad data de mediado el siglo XIX), botánicos (por su diversidad y riqueza, con especies arbóreas procedentes de distintas partes del mundo), dimensión arquitectónica y urbanística, valores artísticos y estéticos y "valores etnológicos como lugar de sociabilidad y de identidad de la población… Dándole así el valor que se merece, protegiendo y conservando no sólo el Parque más importante de la provincia de Almería, sino también buena parte de la memoria histórica, urbana y social de la ciudad".

Mientras se resuelve la declaración solicitada, la Ley acoge dentro del Catálogo General de Patrimonio Histórico Andaluz todos los elementos nobles -de titularidad municipal- que en él se hallan: piedra, yeso, madera, forja, fundición, cerámica, azulejería o vidrio. Sin embargo, esta figura de protección quizá haya llegado tarde o sea insuficiente para frenar decisiones personales del concejal de turno poco reflexionadas. Así, en aras a no se sabe bien que comodidad para el ciudadano, desaparecen los primitivos adoquinados y empedrados, sustituidos por hormigón impreso, o bien la peregrina justificación de eliminar "el albero típico de todos los parques andaluces, pero que en Almería no funciona". Que sepamos, ni el concejal de Obras Públicas y Servicios Urbanos ha consultado a los almerienses ni el Partido Popular lo llevaba en su programa electoral.

Puesto que ya no tiene remedio, a lo hecho pecho. Igualmente irreversible es la agresión a una especie protegida y aclimatada en una hectárea de este hábitat. A alguien le puede mover a risa, aunque el tema es serio (¡cada día desaparecen 47 especies de flora y fauna!), y debería preocupar a ecologistas y responsables de Medio Ambiente: con la sustitución de albero por hormigón y loseta, la colonia de mil ejemplares de "Podarcis simula" (lagartija italiana), exclusivamente presente en el Parque Nicolás Salmerón, Santander y Menorca, corre serio peligro de extinción o ya se ha consumado. Espero que el señor Amizian muestre pareja diligencia a la hora de reponer las esculturas sustraídas o dañadas. Sin ir más lejos, la semana pasada publicaba en Diario de Almería sendas fotografías del "machacado" monumento al Trabajador y no ha mostrado el más mínimo interés por informarse del asunto.

"Garum" y Chafarinas

Anexo al Parque, aunque sin formar parte de él en sentido estricto, se conservan valiosos restos arqueológicos romanos y musulmanes. En una excavación de urgencia iniciada en 1984, los especialistas Ángela Suárez y José L. García descubrieron restos de una fábrica de salazón de los siglos I, II y III, lo que corrobora un importante asentamiento romano en el casco histórico, concretamente en el ángulo que forma con calle La Reina. Se trata de "una serie de recipientes o depósitos de distinto tamaño, agrupados en hileras"; es decir, piletas o balsas donde se elaboraban diversos salazones, especialmente salsa "garum" a partir de vísceras y deshechos de pescados (atún, caballa) triturados y macerados al sol con sal y especias.

Otro vestigio remoto es la muralla árabe expuesta -tras una protección translúcida- en el Centro Municipal de Servicios Sociales de la calle Chafarinas: un tramo del lienzo califal que corría paralelo al Parque desde la Puerta del Mar a la de la Sortida o Socorro. A escasos metros se encontraba la que accedía a las espaciosas y estratégicas atarazanas (arsenal para la custodia y reparación de embarcaciones) demolidas en octubre de 1868 -junto al baluarte de la Santísima Trinidad- por la Junta Provincial Revolucionaria sin prácticamente oposición del Consistorio.

Semana Naval

A su inicio por el Este se sucedían cuatro pérgolas de ladrillo visto y asientos corridos de azulejos, por las que trepaban enredaderas y buganvillas de finas flores; un gran estanque y otros dos reducidos, próximos a una Cruz de los Caídos de pésimo gusto, pergolario circular, kiosco para la música, glorieta elevada y artísticos jardines.

Del 4 al 11 de julio de 1971 tuvo lugar la "Semana Naval del Mar de Alborán" en homenaje a la Marina Española y en recuerdo de otra realizada a principio de la centuria. En el Parque quedó huella del acto en forma de un conjunto monumental de piedra y agua frente al señero edificio de Casa Ferrera. Paco Gómez Ángulo era alcalde y el escultor astorgano Marino Amaya su autor. Presidido por la frase "Y cuando cubriere el cielo de nubes, aparecerá el arco iris sobre las nubes", de todo él (monolito, arco iris, barca, hombres, obelisco) sólo perdura el estanque rectangular y un remero sin remos…

San Valentín

El pretendido mártir romano llegó a Almería envuelto en la leyenda y reposa (su representación simbólica) con dudas sin aclarar. Una suscripción popular, alentada por Alvaro Cruz y Radio Almería en 1965, abonó la minuta del imaginero Jesús de Percebal y del Moral. El "divino" sordo se esmeró y aquella primavera lució en un parterre el monolito de piedra al que adosó el bajorrelieve policromado del santo enamoradizo. Sabios tiene la Santa Madre Iglesia, pero si a San Valentín lo robaron del Parque por qué coño, con perdón, no lo ha repuesto en el mismo lugar ¡Bendito ayuntamiento que cada día reescribe la historia de Almería y da vida a los espacios emblemáticos!

Celia Viñas

A la "señorita" Celia Viñas Olivella (Palamós, 1915-Almería, 1954) la podemos saludar en su pedestal de la plaza Bendicho (antes Olmos, antes Princesa) dando vista a la dieciochesca Casa de los Puche recién restaurada, ¡una maravilla, oiga!, por la Cofradía del Prendimiento. Sin embargo, distinto era el emplazamiento previsto en un principio. Merece la pena ofrecer luz sobre un pasaje ignorado. Siendo concejal José María Artero -¡otro almeriense al que su madrastra ciudad natal no acaba de hacerle la justicia que se merece!-, en nombre de la Asociación de Antiguos Alumnos del Instituto, elevó un escrito a la comisión de Fomento municipal (mayo, 1955) solicitando permiso para instalar, en la plazoleta ovalada inmediatamente anterior a la hoy vacía de Carlos Navarro Rodrigo, "un sencillo monumento en memoria de Celia Viñas (q.e.p.d.)". Este, labrado en mármol, naturalmente labrado por Perceval, se asentaría sobre un bloque de piedra con un breve adorno de jardinería al pie, rodeados por bancos y cerrado el óvalo por setos verdes. Sufragado todo por suscripción popular estaba acordado inaugurarlo en el mes de junio, primer aniversario de la muerte de tan extraordinaria mujer.

En el Pleno del día 20 del referido mes y año, pese a la unanimidad de los presentes, la iniciativa de Artero no cuajó al solicitar y no obtener la "debida autorización de la Junta de Obras del Puerto, que es la propietaria de los jardines en que se proyecta instalar".

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