Aniversario El 26 de mayo de 2001 los últimos soldados de reemplazo juraron bandera en la capital

La mili acabó en Almería

  • Un asturiano fue el último soldado de reemplazo que juró bandera en España · La rambla fue el escenario para una ceremonia que no será nunca más obligatoria

No era el patio de armas de Viator, pero la ocasión merecía que la ciudad se viera más que nunca con el verde pálido del traje del legionario. En una rambla cuyo último tramo aún olía a recién construido, se celebró la última jura de bandera de los soldados de reemplazo de todo el país. En la capital almeriense se puso punto final al servicio militar obligatorio. Con el Gran Hotel a un lado y el puerto enfrente, los últimos soldados que pasaron nueve meses fuera de sus casas, juraron fidelidad a la bandera. Después de ellos, nadie lo hizo obligado.

Enrique Gomariz de Robles era el General en Jefe de la Brigada de la Legión 'rey Alfonso XIII' donde había asumido su mando el 6 de noviembre de 1999. A él le tocó despedir una de las liturgias militares. Tras la instrucción, dos meses en los últimos reemplazos que se juntaban con los recién llegados del siguiente, los reclutas se enfrentaban a la primera de sus ceremonias. Lejos quedaban la presencia de madres y padres con pañuelos en las manos o novias que prometían la espera después los meses de 'servicio a la patria'.

Por el último tramo de lo que aún se llamaba la 'nueva' rambla, besaron la enseña nacional 153 legionarios y73 civiles que renovaron aquel que hicieron en su momento. Entre ellos, el por entonces presidente de la Diputación de Almería y hoy alcalde, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, el vicepresidente José Luis Aguilar Gallart o el concejal de Hacienda del consistorio de la capital, Agustín López Cruces. Los legionarios de honor de ese día fueron a parar a la Asociación Coral y Cultural 'Virgen del Mar' y al magistrado de la Audiencia Provincial de Málaga, José Godino Izquierdo.

Valga como anécdota que el último de los legionarios de remplazo que lo hizo fue José Luis Betolaza González. Tenía por entonces 18 años de edad y había nacido en la localidad asturiana de Cangas de Narcea. Fue voluntario y aseguró que quería "llegar a sargento" para desarrollar "tareas humanitarias en zonas de conflictos armados como en los territorios de la antigua Yugoslavia como Bosnia y Kosovo".

Era el día de las Fuerzas Armadas y el general Gomariz cumplió con la tradición: "los padres y madres de los legionarios podéis estar orgullosos de vuestros hijos. Estoy seguro que a ti se te habrán nublado los ojos recordando el día ya lejano en que pusiste tus labios sobre la bendita bandera de España y te habrás sentido reflejado en este hijo tuyo".

Homenaje a los muertos con el Cristo de la Buena Muerte a hombros y un desfile en el que tomaron parte 536 efectivos con Vehículos de Alta Movilidad Táctica t Blindados Medios sobre ruedas equipados con nuevos misiles contra carro y de largo alcance, así como 14 efectivos de la Guardia Civil con vehículos. Retirado en Alicante, Enrique Gomariz recuerda aquel día como algo "no planificado para ser esa última jura de bandera. Simplemente la Legión retrasó ligeramente esa ceremonia y coincidió que éramos la última de todo el país para los soldados de reemplazo. La coyuntura era perfecta, el lugar escogido inmejorable, la colaboración de todas las instituciones fue excepcional y la asistencia de personas al acto numerosísima. Almería se volcó".

Entre los árboles que cuida el general asegura que "tenía en mente homenajear a todos los soldados que, pudiendo ir a otras unidades en teoría más cómodas, elegían voluntariamente pasar su servicio militar en la Legión sin que les reportara ninguna ventaja, si no todo lo contrario".

Gomariz dejó el mando de la Legión el 13 de noviembre de aquel mismo año. Le trasladaron a Madrid hasta que su retiro le llevó al mismo mar Mediterráneo que adora. Una década después todavía sigue recordando una fecha que marca como pocas el final de una etapa; más de dos siglos de destinos, bombos que marcaban un destino, meses o años de movilización, petates y cortes de pelo casi nunca queridos.

El 9 de marzo de 2001 el Gobierno decidía poner fin al Servicio Militar Obligatorio. El 26 de mayo, la rambla de Almería fue el escenario de su defunción.

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