Cincuenta años viviendo en cautividad, sus vidas estaban separadas, no se habían visto ni una sola vez, pero su destino era acabar juntas en el mismo espacio. La incertidumbre era el signo que marcaba el encuentro entre dos tortugas niloticus. Los encargados de juntarlas no sabían si el rechazo o algún ataque se iba a producir, y todo salió mejor de lo que se esperaba.

Desde el primer momento, los dos animales, femenino y masculino, congeniaron. Se conocieron con cuidado, para ver cómo se comportaba su contrario y pronto nadaron juntos por el rincón de la reserva zoológica del Oasys, de Tabernas. El zoólogo, Hermann Schleich, y dos veterinarios, José María Rodríguez y Aurora García. En unos meses, se añadirá un tercer ejemplar.

El zoólogo alemán se mostró emocionado por el encuentro de estas dos tortugas: "Vienen del centro de recogida de reptiles de la Universidad de Munich, estaban en un acuario muy grande. A Almería llegaron en noviembre con tiempo aceptable para la hibernación, 14ºC. Comieron desde el primer día".

Schleich define la morfología de la tortuga: "Son trionyx porque tienen tres uñas. Miden un metro y pesan desde 27 hasta 45 kilos. Disponen de un caparazón blando como si fuera cuero y en el centro tiene una placa de huesos. Viven aproximadamente unos 150 años".

El zoólogo explica cómo viven sus días estos animales que se han convertido en la nueva atracción del Oasys de Tabernas: "Viven enterrados en los substratos arenosos de pantanos y ríos. Proceden de Turquía. Tienen un largo cuello que les sirve para comer pescado. Pueden comer medio kilo de pescado sin partirlo porque poseen mandíbulas muy fuertes y afiladas. Se diferencian por el tamaño de la cola porque la del macho es más larga y su propio color".

Schleich asegura que "no conozco otro tipo de tortugas de un tamaño tan grande. Algunas se van por el mar para hibernar. Viven en Turquí pero hubo un hallazgo fósil de un trozo de mandíbula en Cataluña del Plioceno".

El alemán señala que hay un problema con la compra o adopción de reptiles como animales domésticos: "Cada vez, está más de moda comprarse iguanas, tortugas, serpientes... que adquieres tamaños peligrosos y que después no saben qué hacer con ellos".

En el momento de echar a las tortugas en el espacio en el que van a habitar, lo hicieron de forma independiente, para que el encuentro no se produjera de forma brusca. Estas tortugas pueden estar bastante tiempo debajo del agua sin sacar la cabeza para respirar. El macho permaneció casi 20 minutos hasta que subió por la orilla para respirar. El Oasys, de Tabernas, cuenta con un nuevo atractivo difícil de ver en otros zoológicos y reservas del resto de España.