La televisión pública de Gibraltar (GBC) ha denunciado una nueva "incursión" de un buque de la Armada en lo que consideran "aguas territoriales británicas" no reconocidas por España y que, un portavoz del gobierno de la Roca la ha calificado como una "violación de la soberanía". Se trata en esta ocasión del patrullero de la Armada Vigía, el mismo que el 19 de febrero de 2014 interrumpió unos ejercicios de laRoyal Navy en aguas en torno al Peñón de Gibraltar, lo que originó una protesta diplomática británica. Se trata del segundo "incidente" desde el pasado sábado cuando una patrullera, en esta ocasión de la Guardia Civil, intentó inspeccionar las labores de pesca de una embarcación con base en Gibraltar.

Este incidente responde también a una clara intención por parte de las autoridades de Gibraltar por elevar la tensión con España después del varapalo de la Oficina de Lucha contra el Fraude de la UE sobre las pruebas encontradas sobre actividades de contrabando y blanqueo de capitales en el Peñón.

La información emitida por la GBC asegura que "una embarcación de la Royal Navy se dirigió al buque de la Armada que alegó, de forma incorrecta que se encontraba en aguas españolas. El buque partió posteriormente hacia aguas locales". Fue un portavoz del Gobierno de Gibraltar quien "confirmó la acción de la Armada española, algo que constituye una violación de la ONU sobre el Derecho del Mar", y adelantó que "el Ministerio de Asuntos Exteriores emitirá una protesta ante el Gobierno español". Las mismas fuentes aseguraron que "estas incursiones son una violación de la soberanía que no socavan ni debilitan la base jurídica del derecho internacional que ampara la soberanía británica sobre Gibraltar, incluyendo sus aguas territoriales".

El marzo, una actuación similar del mismo buque de la Armada provocó una protesta formal "de alto nivel" por parte del Gobierno británico ante España por la incursión. En aquella oportunidad, el Vigía interrumpió un ejercicio militar de paracaidistas británicos. Este entrenamiento tuvo que ser suspendido temporalmente como consecuencia del incidente, ya que la patrullera británica encargada de velar por la seguridad del ejercicio fue al encuentro del buque español para ordenarle que abandonara la zona. Finalmente, el buque de la Armada se mantuvo alejado.