Son tópicos, pero los partidos de pretemporada no sirven para nada. Quizás sólo para ir haciendo las posaderas a la dureza y la incomodidad de los asientos de los campos de fútbol. Ayer en el Municipal de Campohermoso, donde Pelle vio su último partido como rojiblanco esta temporada y donde se estrenó como galeno Roberto Wu, había poca gente en las gradas y mucho cansancio en las piernas rojiblancas.

Lucas Alcaraz alineó dos onces totalmente distintos en cada parte. Durante la primera mitad la defensa formada por Lillo y Jakobsen en los laterales y Trujillo y Marcelo Silva en el centro, sufrió con la velocidad nijareña. Verza y Soriano, que jugó sus primeros minutos, trataron de llevar la manija, aunque se jugó poco al fútbol, con Ortiz Bernal y Vidal, el más incisivo, por las bandas. Arriba, Goitom trataba de fijar a los defensas y Jonathan aprovechaba los espacios libres.

Precisamente fue el africano el que tuvo la ocasión más clara para los rojiblancos después de un gran pase de la muerte de Vidal, pero Asta le ganó la partida en el uno contra uno. Poco antes, José David había rematado al larguero de la meta de Diego.

En la segunda sólo parte sólo repitieron Marcelo Silva y Vidal. El uruguayo formó atrás con Carlos García, Michel y Bautista en los laterales y Esteban en la meta. Bernardello y Corona trataron de adueñarse de la zona ancha, mientras Crusat y Aaron se venían al centro para favorecer las subidas por banda de los laterales. Vidal se puso en mediapunta y Ulloa en la punta de ataque.

Como no podía ser de otra manera, el Almería trataba de llevar el peso del partido, pero ni había velocidad ni precisión en los pases, lo que facilitaba la vida de un Comarca cuyo año tenía que estar en Segunda B, aunque hubiese sido a través de los despachos. Lucas Alcaraz, al que no le estaba gustando nada lo visto, como al respetable, se levantó varias veces a corregir a los suyos.

Precisamente tras una de las broncas técnicas, los capitalinos espabilaron a base de goles. Y los dos tuvieron en Crusat como protagonista. En el primero, el catalán recuperó, esprintó y asistió a Ulloa para que empujara a placer. En el segundo, recibió en el segundo palo un saque de esquina de Corona y fusiló a Juanga. Con Dani Bautista en el lateral y un Crusat entonado, el Almería vuelve a tener una izquierda temible. Vidal, como colofón a su gran pretemporada, hizo el 0-3.