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Discreto estreno y gran punto (1-1)

  • Al Almería le quemó el balón en los pies. Toda la segunda mitad fue un acoso cordobesista

Cuando a un equipo le quitan a un jugador importante a punto de comenzar la competición, su rendimiento es una incógnita. El juego, la estrategia, los repliegues... todo se puede resentir y el conjunto venirse abajo como un castillo de naipes. Con una plantilla ya de por sí corta, el Almería se presentó en Córdoba sin Albert Crusat, pero con una nueva filosofía que da preponderancia al trabajo de la cantera.

Lucas Alcaraz tenía claro el once titular hasta el pasado viernes. Cuando se enteró de que el catalán tenía medio pie fuera del equipo [el Almería todavía no ha hecho oficial su marcha], puso en marcha un plan B: Rafita, de los mejores del equipo, se hizo cargo de la derecha y Aarón pasó a la izquierda. El granadino también soprendió con Jakobsen en el lateral izquierdo y con la titularidad del joven Vidal como mediapunta, que se ha ganado un puesto en esta pretemporada.

Enfrente estaba un Córdoba que, con muchas caras nuevas, bien conocía a Alcaraz y su estilo de juego. Los aficionados cordobeses no tardaron en recordarle al técnico granadino su pasado blanquiverde, pero se quedaron mudos cuando Ulloa, siguiendo su gran racha goleadora veraniega, aprovechaba una jugada ensayada para hacer el 0-1. Jakobsen bota una falta, Marcelo Silva entra en el segundo palo y le pone de cabeza el balón al argentino que bate a Alberto.

Mejor no podía ser el regreso a Segunda. El Córdoba había comenzado con más ímpetu, pero los rojiblancos le rompieron pronto la hoja de ruta. A partir de ahí, los de Jemez quedaron a merced del Almería, que iba a disponer de las mejores ocasiones de la primera parte. Sin embargo, Vidal se iba a encontrar primero con el palo de la meta de Alberto y, casi al borde del descanso, no acertó a remachar una contra llevada por Rafita. El Almería perdonó y lo iba a pagar tras la reanudación.

A los 51 minutos, la primera llegada de los locales iba a suponer el empate. López Silva entró por la banda izquierda, puso un gran centro al corazón del área, donde apareció Charles para batir a Esteban. El asturiano, que había sacado una buena en la primera parte, no pudo hacer nada para evitar que el 1-1 subiera al marcador. Bofetón tras la caraja con la que los rojiblancos volvieron al césped de los vestuarios.

El Córdoba se vio espoleado por su público y se hizo dueño y señor del partido. Los locales montaron contras muy peligrosas ante un Almería perdido en el centro del campo, que por contra, tuvo la ocasión de volver a adelantarse en dos ocasiones. Rafita probó fortuna desde muy lejos y obligó a lucirse a Alberto, mientras que Vidal se llevó la primera bronca de la temporada después de pecar de individualista y no dar el pase a los desmarques de Ulloa o Goitom. Sin embargo, el balón lo tenía el Córdoba, que a los puntos estaba siendo mejor. Al Almería parecía quemarle el balón en los pies.

Alcaraz dio entrada a Verza para contener las oleadas locales y a Corona para ver si se igualaban, o por lo menos se acercaban, las cifras de posesión del esférico. Ni por ésas. El Almería había dado por bueno el punto y quiso defenderlo con uñas y dientes. Y hasta con los palos de la meta de Esteban, que para eso también juegan. En la penúltima jugada, un gran disparo de Charles se estrelló en la madera. Susto, justo antes de que en el último segundo todo el equipo pidiera penalti por un claro agarrón a Goitom. Pero López Arena no quiso saber nada y envió a los jugadores hacia Almería con un buen botin.

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