Si se sitúa en Preferencia y mira hacia Tribuna, verá un sinfín de cristaleras que le obligarán a formularse la siguiente pregunta: "Quién hay ahí detrás?". Entre periodistas y miembros de seguridad anda el juego, pero también gente que se encarga de que todo el entramado tecnológico de los partidos del Almería salga a pedir de boca.

Desde dos de esas cabinas sale toda la información que los espectadores necesitan para conocer a los equipos rivales, puesto que quien más quien menos ya se sabe de memoria los jugadores rojiblancos. Ramón Gómez Cabañero y Gabriel Morales Oliva son los encargados de la megafonía y el marcador del Estadio de los Juegos Mediterráneos. Gracias a un folio en el que aparecen las alineaciones de ambos equipos, así como los suplentes y el trío arbitral, ellos se encargan de arengar a la afición al recitar los onces, evitar dudas sobre la autoría de una tarjeta, desatar la locura al cantar un gol y, por supuesto, informar del tiempo de partido que transcurre. De la misma manera, los resultados instantáneos han regresado al estadio.

Pero no siempre han tenido las mismas comodidas que dispensa un recinto tan moderno como es el Mediterráneo. Ambos comenzaron en el vetusto Juan Rojas, donde la megafonía se escuchaba a duras penas por los altavoces colgados en Tribuna y Preferencia y en el marcador tan sólo se podía poner el resultado del partido.

"Comencé en 2004 con una sustitución que realicé a Nuria, la mujer de Pignol, que por aquel entonces recitaba las alineaciones. Desde entonces aquí sigo. Juan Carrillo me llamó, puesto que nos conocíamos porque yo le hice de speaker en otras cosas trabajando como dj en los 40 Principales en Almería", recuerda Ramón, cuya historia es muy parecida a la de Gabriel: "Empecé en el mismo año. Por aquel entonces me encargaba del control de los medios de comunicación. Mi función era recibirlos , confirmaba su pase y les indicaba el lugar al cual debían dirigirse. En la segunda temporada en el Mediterráneo me comentaron si quería encargarme del control del marcador y ahí comencé", explica.

Anécdotas tienen muchas. Quizás las más destacadas sean los colores que les han subido cuando han cantado algún gol antes de tiempo. "A veces me ha pasado que canto el gol y resulta que está anulado por el árbitro o ha podido ser un efecto óptico. Pasa poco pero a veces puede pasar, porque hay que reaccionar muy rápido", asegura Ramón, que se apoya o ayuda a Gabia cuando alguno de los dos tienen dudas sobre un jugador: "A los jugadores del Almería los conocemos bien, pero nos apoyamos mútuamente ahora que no hay televisión", indica el encargado del marcador.