El encuentro del Club Deportivo Roquetas ante el Real Jaén de domingo fue un choque de muchas sensaciones. Tras llegar con la moral subida por haberse llevado el derbi ante los ejidenses (0-1), los de Gabriel Ramón Florit salieron a por todas ante un Real Jaén que se marchó al descanso con el 3-1 en contra pero que se aprovechó de la relajación roquetera, sobre todo en jugadas a balón parado, para remontar en la segunda mitad. Finalmente ambos se repartieron los puntos y, aunque supo a poco para los del Poniente, se dio por bueno porque se pudo ver a un equipo muy activo, con muchas posibilidades y que se reencontró con el gol en casa.

El entrenador rojillo no se mostró en la rueda de prensa todo lo satisfecho que se esperaba por un partido que su equipo dominaba en el marcador por una diferencia considerable que al final terminó cediendo. El técnico aseguraba, al igual que Manolo Herrero, su homólogo en el banquillo jiennense, que "el partido ha estado muy abierto y para los espectadores han sido muy interesantes las numerosas ocasiones y los goles pero para los entrenadores no lo ha sido tanto".

Tras unas primeras declaraciones en las que el balear mostró algunos gestos de frustración, empezó a hablar con más calma y admitió los que sacó en positivo del duelo, como que "hemos podido ganar y también perder. A pesar de habernos puesto con una ventaja en el marcador de 3-1 estoy orgulloso del equipo porque ha seguido luchando hasta lograr el empate, que no nos permite ahora salir del descenso pero al menos ya estamos mejorando en el aspecto goleador y eso es importante".

El balear también quiso analizar el juego de su equipo y se quejaba de que "lo malo es que en uno de nuestros puntos fuertes, como es defender las jugadas a balón parado, hemos fallado". Florit, una vez cerrada la sequía goleadora, trabajará duro para que su zaga recupere la solvencia defensiva de principio de curso.