Celta-Almería · El otro partido

El banquillo no está sólo para sentarse

  • Incomprensiblemente, el Almería le pone la alfombra roja al Celta y le regala una plaza de ascenso directo después de una segunda parte pésima · Bermejo, solo en los remates, siempre le marca

El Almería se quedó en el vestuario al descanso. Había hecho una primera parte sensacional y pensando que era mejor no salir para evitar la remontada, se dejó el alma en la caseta. Viendo lo que se le venía encima, Lucas Alcaraz echó un vistazo a su banquillo en busca de algún revulsivo en ataque y casi se deprime. El bisoño Jonathan y Bernardello, para evitar que Verza viera la segunda amarilla, salieron quién sabe en busca de qué. Ahí estuvo el problema ayer y en lo que resta de temporada: el Almería tiene un muy buen once, pero no el banquillo de Paco Herrera, algo que decidió el encuentro y quién sabe si la segunda plaza de ascenso directo a Primera.

Uno que no valía. Mario Bermejo estuvo la temporada del ascenso a Primera y no tuvo oportunidades pese a que hizo goles. El Almería decidió prescindir de sus servicios y, desde entonces, se nota que no le perdona la falta de confianza. Si antes de fichar ya le hizo un siete a los rojiblancos con el Ferrol, con el Xerez y el Celta le ha marcado goles importantes. Como si no conocieran bien su potencial por alto, ayer remató dos veces solo de cabeza. Así es imposible aun marcando tres goles.

Verza estaba 'ko'. En el primer gol del Celta, el agujero que había en la segunda línea se debía a que el centrocampista estaba tendido. El árbitro, como es su deber, no paró el juego ni los jugadores tiraron el balón fuera. Hay que asumir las consecuencias de estas decisiones, que no todos los equipos llevan a la práctica y que, tras un rechace increíbe, acabó en el 1-1. Pone un circo y ya se sabe.

Son muy malos. Los de negro; ayer de amarillo y otros días de colores estrambóticos. En una acción, Túñez empujó y golpeó a Ulloa. En la siguiente, Orellana hizo lo propio con Carlos García. Y Pino Zamorano más pendiente de las protestas que de sacar la correspondiente tarjeta. Ya en la segunda parte, Orellana despeja un balón que iba para Vidal, que estaba en fuera de juego, pero ni toca el esférico ni hace ademán. ¿No dice el reglamento que no se levanta el banderín hasta que no entra en juego? Eso sí, porque Jonathan llevaba un calcetín encima de las medias había que parar el partido. Lo dicho, muy malos.

¿Por qué expulsión? Ulloa vio la segunda amarilla después de quitarle el balón al meta celeste cuando iba a sacar. Pero el esférico estaba en el aire, no en las manos del portero. ¿Qué diferencia había entre esa jugada y la mítica de Tamudo y Toni? El argentino no jugará ante el Elche [Verza tampoco] y lo que es peor, se quedará con cuatro amarillas. En qué momento llegan las bajas.

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