La consulta del especialista

La nueva intervención de cadera del rey

  • En España se colocan al año alrededor de 45.000 prótesis y nuestro Rey no es una excepción · Puede haber pacientes menores de 50 años con una gran limitación y otros por encima de 80 con el mismo problema

SU Majestad Don Juan Carlos sufre una artrosis de cadera, probablemente a consecuencia de una vida deportiva muy exigente, que le limita la calidad de vida, hasta el punto de someterse a una nueva intervención. Ya ocurrió lo mismo con una de sus rodillas y la otra cadera. En España se colocan al año alrededor de 45.000 prótesis de cadera y nuestro Rey no es una excepción.

Esta intervención consiste en extraer la cabeza femoral destruida por la artrosis y sustituirla por un implante que haga las funciones de la articulación y sin dolor.

¿Por qué Don Juan Carlos necesita una prótesis de cadera?

Probablemente debido a la mala calidad de vida. El dolor le obliga a tomar analgésicos a diario, que además no consiguen un alivio pleno del mismo. Debido a esta limitación, se encuentra muy impedido para hacer las actividades de la vida diaria, precisando el uso de bastones o silla de ruedas. En ocasiones, el dolor le despierta por la noche.

En resumen, no puede realizar una actividad física plena, porque la intensidad del dolor se atenúa con medicación.

¿Tiene la edad indicada para una prótesis?

Realmente no hay una edad límite; nunca un paciente es demasiado joven ni demasiado viejo. De lo que se trata es del alivio del dolor y de la recuperación de la función de la articulación. Puede haber pacientes menores de 50 años con una gran limitación y otros por encima de los 80 con el mismo problema.

Don Juan Carlos tiene 75 años, una edad más que adecuada para esta intervención.

Lo más importante es el estado físico del paciente y las enfermedades asociadas. Años atrás fue intervenido de un nódulo en un pulmón, del que se ha reestablecido completamente. No se le conocen enfermedades coronarias o metabólicas como la diabetes que pudieran aumentar el riesgo de sufrir una complicación. Tras un accidente de caza, se fracturó la otra cadera que requirió la colocación de una prótesis de características similares a la que precisa en el otro lado.

¿En qué consiste la intervención?

Se realiza una incisión en la parte lateral del glúteo que puede variar entre los 10-15 cm.

El implante de cadera consta de dos partes, un vástago que se introduce dentro del fémur y un cotilo o cúpula que se sitúa en la pelvis y que permite realizar el movimiento. Se suele realizar con anestesia raquídea, es decir, de cintura para abajo, que es más segura y con menor índice de complicaciones que la anestesia general.

Al finalizar la intervención se puede colocar un drenaje recuperador. Es un depósito que recoge la sangre que proviene de la articulación para evitar que se acumule dentro de la rodilla. Dicha sangre se puede reinfundir al paciente dentro de las 6 primeras horas, una vez ha pasado una serie de filtros para eliminar células muertas y partículas de desecho.

De esta manera, se puede evitar la transfusión de sangre de donante, ya que no es infrecuente que aparezca anemia tras la cirugía debido al sangrado tras la intervención, proveniente del hueso y de las partes blandas como la musculatura y la grasa subcutánea.

Complicaciones

Pueden ser tres, la inestabilidad o posibilidad de sufrir una luxación, la infección y la trombosis de miembros inferiores.

En relación a la luxación, el porcentaje de pacientes que la sufren ronda el 5%. Es importante personalizar el tipo de implante dependiendo del paciente, y seguir las instrucciones postoperatorias.

Una colocación inadecuada de los componentes o una mala calidad del hueso que provoque un hundimiento o migración del implante, dispara la posibilidad de sufrir esta complicación. El resultado de la colocación de una artrosis en un paciente con artrosis es mejor que cuando se coloca tras una fractura como le ocurrió con la anterior intervención.

La posibilidad de infección dentro del quirófano o en los días posteriores de la operación depende de cada hospital, pero suele ser entre el 2 y el 4%de las intervenciones de prótesis de rodilla. Para evitar la infección, antes, durante y después de la operación se pauta tratamiento antibiótico intravenoso.

En el caso de la trombosis de las piernas, la posibilidad de desarrollarla en los tres primeros meses tras la intervención es del 1-3%.

Afortunadamente, hay fármacos que previenen la aparición de esta complicación, como es el caso de las heparinas que se pinchan alrededor del ombligo, cada día durante un mes.

Más recientemente se han desarrollado fármacos que se toman vía oral con el mismo efecto que las heparinas, para la prevención de las trombosis secundarias a la colocación de una prótesis de rodilla y la ventaja de no precisar un nuevo pinchazo cada día.

Cualquiera de los dos tipos de medicación deberá ser administrada durante el primer mes tras la intervención.

¿Y después de la operación?

Su Majestad permanecerá ingresado entre 4 y 7 días. Lo normal es que empiece a caminar a las 48 horas de la intervención, pero con la ayuda de andador o bastones. Estos se deben mantener en torno a las seis semanas, dependiendo de la seguridad y movilidad que tenga el paciente.

El tratamiento rehabilitador es de gran ayuda para recuperar la movilidad y reducir la inflamación postoperatoria.

¿Qué deportes podrá practicar?

Don Juan Carlos podrá realizar la mayoría de las actividades relacionadas con su profesión, de forma completa y sin bastones entre uno y tres meses tras la cirugía. La única excepción es que no podrá arrodillarse debido a las características que tienen los diseños de las prótesis.

Acitividades deportivas no recomendables:

-Deportes de impacto como correr o saltar.

-Esquiar debido a la posibilidad de una caída y por el estrés al que se somete la prótesis.

Recomendables:

-Caminar, golf o montar en bici. La rodilla realiza movimientos controlados y no demasiado bruscos. El impacto para la articulación es mínimo.

-Respecto a la vela, no hay problema en patronear embarcaciones, intentando evitar golpes directos sobre la rodilla y cadera.

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