Huesca-almería · la crónica

Soriano y Aleix salen al rescate (1-2)

  • El maño participa en los dos goles rojiblancos y el tarraconense, novedad en el once, abre el marcador. Gracia salva un 'match ball' y el equipo corta la racha de tres derrotas consecutivas para seguir arriba.

Hoy no toca poner el acento en los fallos en la marca a balón parado, que volvió a haberlos, ni en que el equipo pasó las de Caín en la recta final para arrancar la victoria de un campo difícil. Hoy toca ser pragmáticos, porque lo importante era ganar y el Almería lo consiguió, superando la presión generada por tres derrotas consecutivas. 

Gracia cruzó en Huesca su particular Rubicón. El triunfo es expiatorio por cuanto el técnico esquiva el ultimátum que pendía sobre su cabeza y libera a los jugadores de la tensión acumulada por los resultados adversos de las últimas jornadas. 

Hizo dos cambios el técnico navarro en el once tipo. El primero obligado, Rafita entraba por el sancionado Gunino, y el segundo quizá por sensaciones, dando entrada a Aleix Vidal por Carlos Calvo. Esa variación iba a resultar decisiva. 

Y es que el extremo tarraconense sería el encargado de abrir el marcador a la media hora de juego. Hasta ese instante ambos equipos apenas habían rondado el área rival, salvo una incursión oscense con centro final de Borja para el remate de cabeza de Núñez desviado. 

Sin brillo ni lustre, pero con mucha efectividad, el Almería se adelantaba en el marcador. Fue en un contragolpe magistralmente ejecutado por Soriano y Aleix en el que los azulgrana reclamaron falta previa de Christian en el arranque de la jugada. Medié Jiménez no la concedió y el maño se sacaba de la chistera un pase medido entre los centrales para que Aleix definiera picándola ante la salida a la desesperada de Luis García. 

Un suspiro de alivio recorrió entonces el banquillo unionista. Lo más complicado estaba hecho. Ahora tocaba saber nadar y guardar la ropa en el feudo de un rival que en cada partido se juega el descenso de categoría. 

Supieron hacerlo los almerienses apoyados en un Corona que supo imprimirle al encuentro el ritmo que más le convenía a los suyos, en la velocidad de Aleix causando estragos en cada contra y en la seguridad de Esteban en cada acercamiento local, por lo común a través de Núñez. 

Por delante restaban 45 minutos para confirmar la reacción o volver a caer en el lamento. Y tocó lo primero, fundamentalmente porque el Almería abrió brecha en el marcador bien temprano. Gracia tocó a rebato en el descanso y las ocasiones se sucedieron a la vuelta de la caseta tras un nuevo susto por cabezazo de Núñez que Esteban desvió a córner. 

El segundo estuvo cerca en un remate fuera de Falque a pase de la muerte de Aleix, en un disparo de Corona a las manos de Luis García, en otro tiro de Aleix a pase de Soriano, en un lanzamiento más de Corona ajustado al palo que detuvo el meta oscense y en otro chut cruzado de Aleix que el guardameta local sacó con la pierna en una acción propia del balonmano. 

El tanto de la tranquilidad, no obstante, iba a surgir en una acción a balón parado. Corona botó un córner medido para que Aleix la empalara con la mala fortuna de que Llamas despejaba en la línea de gol. El rechace fue a parar nuevamente a las botas del talaverano, que la puso en el corazón del área, donde Soriano prolongó con el tacón para que Christian marcara de cabeza. 

Era el cuarto en la cuenta del defensor cántabro y aportaba sosiego, tanto, que el equipo casi se duerme y lo paga caro. Pacheco asumió el rol atacante y a veinte minutos para el final sorprendía a Esteban con un latigazo desde 35 metros que sorprendió adelantado para poder reaccionar al meta asturiano. 

Arrancó entonces una fase de asedio en la que el Almería sacó a relucir sus carencias en la defensa del balón parado, con remate al palo de David López incluido en una falta lateral. Pero ayer era el día de la reacción y nadie pudo impedirlo.

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