El plazo para reforzar el plantel con la llegada de un delantero expira este viernes y el gol de Jonathan Zongo al Getafe había enfriado bastante dicha posibilidad. El propio Francisco comentaba en rueda de prensa que el mejor fichaje sería la recuperación de Rodri. Pero la situación ha dado un giro de 180 grados con la estancia del pichichi rojiblanco en la clínica de los doctores Ripoll y De Prado.

En su última visita, efectuada en la tarde del lunes, los jefes de los servicios médicos rojiblancos le comunicaron al atacante unionista que la recuperación de su lesión podría alargarse otras seis semanas más, lo que ha encendido las alarmas en el seno del club, que ya peina el mercado sudamericano y otras ligas en busca de un '9' de garantías.

Entiende la dirección deporitva que estar un mes y medio más sin su mejor referencia ofensiva (7 dianas en su haber) sería tomar demasiados riesgos en busca del objetivo final de la permanencia, ya que en su ausencia Óscar Díaz no ha tenido fortuna de cara a puerta y quizá sería cargar de demasiada responsabilidad al burkinés Jonathan.

Lo curioso del caso es la notable discrepancia entre el tratamiento aconsejado por Ripoll y De Prado y el recomendado por los galenos que siguen el día a día de la lesión de Rodri. Todo se reduce a que la opción de ser conservadores en su recuperación ya se propuso desde Almería en cuanto cayó lesionado, pues la resonancia que se le practicó ya mostraba una rotura parcial del ligamento del tobillo acompañada de edema óseo en el astrágalo, una dolencia crónica debido a que Rodri tiene el pie plano y los apoyos recaen en esa zona, por lo que en pretemporada se le encargó una plantilla para paliar las molestias.

Al comprobar que su recuperación se estancaba, le plantean tres alternativas: por un lado un empujón sintético consistente en infiltración con corticoides, y por otro dos opciones biológicas (con sus propias células); factores de crecimiento o ácido hialurónico. El jugador pide entonces una segunda opinión a los servicios médicos del Barça.

El Almería envía todos los informes clínicos y tras estudiarlos y repetirle pruebas, los galenos azulgranas llegan a la misma conclusión: hay que infiltrar y esta vez Rodri sí acepta. Mejora, pero sigue con molestias y rehúsa a practicarse la segunda infiltración.

Es cuando el viernes pasado se pone en manos de Ripoll y De Prado, iniciando todo el proceso de nuevo para llegar a la misma conclusión, con la novedad de otras 6 semanas de baja. Las dos partes están de acuerdo en los factores de la lesión, pero no así en que tenga que parar su proceso de recuperación.