Almería - Betis · la crónica

Azeez obra el milagro en el descuento (3-2)

  • Partido de infarto con remontada del Betis devuelta por el Almería en el añadido Salva Sevilla casi apuntilla a sus paisanos al marcar y festejar el 1-2, pero los tantos de Aleix y Azeez voltean el marcador

En calidad ya se ha dicho más de una vez que al Almería le da lo justo para competir, pero a corazón hay pocos equipos que superen al rojiblanco, que ayer daba la enésima muestra de ello con una remontada en inferioridad de las que permanecen en la retina del aficionado por mucho tiempo y se rememoran en las tertulias de barra de bar. 

El partido frente al descendido Betis -salió mihura en lugar de vaquilla-, fue de auténtica locura, no apto para cardiacos como suele escribirse. Pero en medio de ese manojo de nervios en que se convirtió el ruedo, hubo una persona con la templanza necesaria para hacer lo que había que hacer justo cuando había que hacerlo. Fue Francisco, cuyo providencial doble cambio dando entrada a Azeez y Soriano a falta de un cuarto de hora resultaría decisivo, pues ambos hilvanaron el tanto del triunfo. 

El día apuntaba mañana épica y el Almería se empeñó desde el primer momento en certificarla, fallando durante la primera mitad varias ocasiones que bien podrían haberle despejado el camino. La acción más lustrosa del encuentro fue una pared entre Corona y Aleix, taconazo incluido del talaverano, que el tarraconense culminaba rozando el poste. Óscar Díaz iba a malograr poco después otro taconazo en boca de gol y un mano a mano con Adán en el que al atacante gallego se le hizo de noche. 

La segunda mitad trajo la redención para él gracias a un buen centro de Aleix por el costado diestro que ahora sí, acertaba a rematar en semifallo para batir a Adán. El partido estaba encarrilado, pero entonces devino el desastre con una impetuosa entrada a destiempo de Suso al tobillo de Perquis. 

Roja directa (rigurosa o no el reglamento favorece la interpretación arbitral) y el Almería se veía con uno menos y más de media hora por delante. La expulsión enchufó a los verdiblancos, quienes igualaban poco después con una acción idéntica al 1-0, pero por la banda contraria, con centro de Juan Carlos y remate a la red de Braian. 

El Almería estaba noqueado, aunque curiosamente el tanto que pudo significar su puntilla iba a terminar espoleándolo. Fue por culpa de la celebración de su autor, un Salva Sevilla con pasado ejidense (se forjó en la cantera del Poli) que no se cortó un pelo al festejarlo aunque después se mostrase arrepentido. 

El Betis se llevaba de la mano al Almería camino de Segunda, pero la afición local no estaba dispuesta a darse por vencida y se dejó la garganta en ello. Tanto es así que en la acción del empate a dos los seguidores le dedicaban cánticos poco edificantes a Richard Gere Sevilla cuando Zongo metió un buen pase en profundidad para que Aleix definiera con suspense ante la salida de Adán y tras golpear el balón en éste. 

El ¡sí se puede! arreciaba mientras se quemaban los minutos y la angustia abría los poros de la piel hasta llegar a un final hitchcockniano, donde todo se resolvió en el descuento. Fueron cuatro minutos que dieron para pasar por alto un penalti clamoroso por manos de Rafita en el área y también para ver a Soriano sacar una rosca milimétrica a la cabeza de un Azeez más solo en casa bética que el niño de la película. Delirio y a pensar en Granada.

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