Francisco puso ayer fin a la incertidumbre acerca de la renovación estampando su firma a un nuevo contrato que lo mantendrá al frente de la nave rojiblanca la próxima temporada 2014-2015. El técnico almeriense gana capacidad de decisión en la confección del plantel (punto de mayor fricción en las negociaciones) y mejora en el aspecto económico, pero muy lejos de las cantidades que sus homólogos perciben en Primera.

Sin ir más lejos, Paco Jémez se embolsa un millón anual en el Rayo Vallecano, una quimera para la austera economía unionista, que con esfuerzo puede haber alcanzado la quinta parte de esa cantidad, ni siquiera el medio millón que se especulaba tras la segunda cumbre de Águilas celebrada en la tarde del lunes. Pese a todo Francisco se siente valorado, ya que el verano pasado se vio obligado a aceptar una oferta muy a la baja para poder cumplir el sueño de dirigir al equipo de su tierra en la máxima categoría del fútbol español, donde debutaba, lo que tampoco jugó a su favor a la hora de reivindicar un mayor caché.

El aspecto económico quedó solventado en la primera reunión en tierras murcianas del pasado viernes, buena muestra de que las preocupaciones del entrenador tenían más que ver con lo deportivo que con lo pecuniario.

El zapillero entiende que la proeza de salvar al equipo en la última jornada es casi irrepetible, por lo que pide reforzar el plantel en consecuencia.

No se cierra en banda a las contrataciones de futbolistas con proyección procedentes de Segunda B, pero entiende que necesita al menos un jugador por puesto con la suficiente experiencia en la categoría para capear los altibajos que tiene una temporada y tirar del carro.

La escasa creencia de Alfonso García en la figura del entrenador en general (sin particularizar en Francisco) lo ha llevado siempre ha construir sus equipos contando con la opinión del inquilino del banquillo, pero sin ser vinculante.

Francisco, que conoce a la perfección las bases de la entidad y por tanto a los meritorios de la cantera, espera ahora que el club lo escuche a la hora de afrontar las renovaciones de algún jugador que cumple contrato o expira su préstamo e interesa en la planificación deportiva.

Por suerte para las partes las negociaciones han llegado a buen puerto (estuvieron cerca del no retorno como ya ocurriera con Gracia) y con el puesto de entrenador cerrado podrán perfilarse operaciones que hay en ciernes.