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El annus horribilis de Vélez

  • Tendrá que ser operado de la luxación de hombro y se despide de la temporada En octubre ya se fracturó también el tabique nasal

Si la temporada 2013-2014 fue para celebrar por todo lo alto para Fran Vélez, suponiendo su debut en la máxima categoría de la mano de Francisco y la confirmación en el primer equipo, el curso 2014-2015 ha sido para olvidar en lo concerniente al central catalán, circunstancia ratificada ayer al conocer que tendrá que ser operado de la luxación de hombro producida en el entrenamiento del pasado viernes, perdiéndose lo que resta de curso.

Las exploraciones a las que fue sometido el jugador rojiblanco por los servicios médicos del club han determinado que padece una lesión completa del complejo ligamentoso de su hombro izquierdo, visto lo cual el doctor Antonio Ríos le ha recomendado operarse como el mejor remedio para poner fin a su dolencia.

La otra posibilidad era llevar a cabo un tratamiento conservador con el que podría haber estado disponible para las dos últimas jornadas ligueras, pero se ha optado por entrar en quirófano para dotar de mayor estabilidad a la articulación en el futuro y reducir al máximo las posibilidades de una recaída.

Según informa el club en su web, la previsión es que el defensor sea intervenido el próximo martes día 7 en el hospital Virgen del Mar por el propio doctor Ríos, iniciando después una recuperación que puede prolongarse durante cinco meses, con lo que tampoco estaría al 100% para afrontar la pretemporada.

No ha tenido fortuna Fran Vélez en los últimos meses. Acabó el curso pasado con una rotura en el bíceps femoral que lo dejó sin vacaciones para poder restablecerse. Cuando parecía que formaría pareja con Trujillo, Francisco optó por Mauro dos Santos y en octubre sufría la fractura del tabique nasal, lo que le obligó un tiempo a entrenar con una máscara protectora.

Con la llegada de JIM parecía que su suerte podía cambiar, pero una aciaga actuación en Cornellá, el mismo feudo donde el año pasado lograba un gol clave para la permanencia, lo dejó marcado. Bajo de moral, en las siguientes oportunidades que le dio el técnico alicantino tampoco estuvo a su mejor nivel. La guinda a su annus horribilis es la luxación de hombro que lo deja fuera de combate, por lo que tendrá que ver la salvación desde la barrera.

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