El ambiente 'viciado' que se respira en la caseta rojiblanca desde casi el propio arranque de la competición ha alcanzado ya incluso a quienes subieron del filial, que a priori deberían tener mayor ilusión que el resto. Las escasas dotes de Sergi para hacerse con el control del vestuario están produciendo situaciones de lo más variopintas y el malestar es generalizado.

El último episodio tuvo como protagonista al almeriense Antonio Puertas el domingo en el Carlos Belmonte. Sergi ordenó un doble cambio al descanso y solo le restaba una sustitución, que decidió acometer en el minuto 55 dando entrada a Pozo por Soriano. Puertas se encontraba calentando junto al ex del City y al ver que ya no participaría en el encuentro le propinó una fuerte patada al banquillo.

No deja de ser un episodio anecdótico fruto del calentón del momento y la frustración por no haber debutado aún en Liga (sí lo hizo en Copa frente al Elche), pero que viene a demostrar el nerviosismo que cunde de puertas hacia adentro entre los jugadores que saben lo caro que está entrar en una convocatoria.

La lista de Sergi dejó tocado a otro miembro del plantel, el internacional sub-21 Antonio Marín, flamante campeón de Europa de la categoría. El accitano no ha alzado la voz, pero a nadie se le escapa el enfado por no haber entrado en una citación en la que el técnico catalán solo incluyó a cuatro zagueros pese a tener las lesiones de Zabaco y Adri y la sanción de Duba, sin olvidar que Marín puede actuar como lateral o central. El mensaje es demoledor para el chaval, que ve que se cuenta poco o nada con él .

Empiezan a formarse grupúsculos internos y el liderazgo de Soriano, tan solo respaldado por Duba como reducido núcleo duro, está puesto en cuestión más que nunca pese al gesto de Sergi de alinear al maño como titular en el Carlos Belmonte luciendo ya el brazalete con rango.

La plantilla acudió en bloque al adiós de Corona (salvo Zongo, que hizo mutis por el foro), pero fue solo una foto, ya que el talaverano únicamente invitó a su cena de despedida a Soriano y Duba.