Liga adelante

Quique toca y Chuli mata (2-1)

  • El alcarreño fabrica las jugadas que concluyen en doblete del onubense. Un gol de Ángel en el 85' provoca que el Almería acabe pidiendo el tiempo Gorosito apuesta por las bandas.

Como quiera que Gorosito es conocedor de que no tiene un organizador en el equipo ni tampoco pinta  que se lo vayan a traer (hasta la medianoche hay tiempo), el técnico argentino se ha salido por la tangente para articular una solución que permita a los suyos llegar al área rival con cierto peligro.  Y si no puede ser por el centro, habrá que sacarle provecho a las bandas. 

Por eso introdujo tres centrales en su esquema frente al Zaragoza, para resguardar a dos carrileros muy abiertos, Iago Díaz y Dubarbier, con la misión principal de apurar la línea de fondo y sacar el centro al corazón del área en busca de Chuli, Uche, Quique o quien pasara por allí.

 

Porque convenzámonos de una vez por todas, la media del Almería es un erial. Fatau y José Ángel, o Lolo Reyes cuando le toca, están para lo que están, que no es precisamente elaborar juego ni dar el último pase, sino destruir el del contrario y como mucho abrir balones a la banda. 

 

A ello se encomendó ayer la dupla Fatau-José Ángel, a conectar asiduamente con Iago y Duba y que estos se encargasen de colgar balones para el remate de los delanteros, la segunda jugada aprovechando los rechaces al borde del área o el saque de esquina, disfrutando el Almería nada menos que de nueve en la primera mitad sin sacarle efectividad alguna.

 

José Ángel y Iago, un zurdo y un diestro, se alternaron en el lanzamiento para abrirlos o cerrarlos a gusto, pero las más de las veces la zaga zaragocista ganaba la partida o los cabezazos de Quique salían desviados del arco defendido por Manu Herrera. 

 

¿Y el Zaragoza? Pues el conjunto maño bastante hizo con comparecer lastrado por sensibles bajas en defensa y media y con cuatro chavales del filial en la convocatoria (tres de los cuales jugaron). Carreras optó por el clásico 1-4-4-2 tan denostado por el fútbol moderno y a punto estuvo de sacar petróleo en dos acciones que tuvieron los suyos, justo al principio y al final del primer acto, ambas en las botas de Pedro, jugador por el que el Almería ya bebió los vientos en su etapa en el Córdoba.

 

A los dos minutos, cuando ningún conjunto se había asentado sobre el campo, el interior diestro maño desbordaba por su costado y asistía a Dongou con toda la intención, pero Casto se anticipaba atajando abajo un balón envenenado. Al filo del 45' los papeles se invertían y era el exazulgrana quien asistía a Pedro en el área para que este fusilase a Casto que, inspirado, blocó el balón abajo sin dar lugar al rechace, con Dongou al acecho. El meta extremeño evitaba la depresión al descanso.

 

En las filas unionistas, pese al asedio constante y la presión adelantada sobre la salida de balón del contrario, poco que echarse a la boca a nivel de ocasiones, salvo un disparo cruzado y mordido de Quique con su pierna mala a pase de Chuli y sendos cabezazos desviados de Uche y el propio Q uique.

 

Un retoque posicional de Gorosito en vestuarios iba a resultar providencial en el segundo acto. El bonaerense ordenó intercambiar posiciones a Quique y Kalu Uche con la intención de que el alcarreño jugase más cerca del área y dos chispazos consecutivos suyos iban a rehabilitar a Chuli para la causa del gol.

 

En primera instancia, y tras zafarse de un contrario, Quique describía el pase en profundidad perfecto con el que sueña todo '9'. Chuli llevaba 23 jornadas esperando esa asistencia y no la desaprovechó, tocando lo suficiente para salvar la salida a la desesperada de Manu Herrera por debajo de sus piernas.

 

La jugada del segundo tanto fue más preciosista si cabe. Quique se marchó de tres contrarios con descaro y convicción, abrió a la banda para la incorporación de Dubarbier (omnipresente en ataque sabiéndose bien respaldado en defensa) y el argentino vio la llegada al segundo palo de Chuli, sacando un buen centro que el onubense tampoco desaprovechó, reivindicándose en la celebración señalando su nombre y dorsal.

 

El propio Quique pudo hacer el tercero en un buen centro al segundo palo de José Ángel, pero su remate tras control se marchó fuera. Todo parecía encauzado pero el Zaragoza vendió cara su derrota con un tanto de Ángel en el 85' embocando en línea de gol un centro de Rico. 

 

De ahí al descuento el agobio fue incesante, con un balón largo al que no llegó Ángel por poco y un disparo cruzado de Rico que rozó el poste. Victoria para la esperanza, aunque mejor no lanzar las campanas al vuelo.

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