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Pasión y muerte en Mont Ventoux

El Tour no llegará este año a la cima del Mont Ventoux. El viento previsto de más de 100 kilómetros por hora obligó a la organización a adelantar 6.000 metros la meta.

El Gigantede Provenza, del que se dice por estas tierras que "no está loco el que sube sino el que vuelve", atesora en su ascenso múltiples historias legendarias, algunas curiosas, como el "baño" que sufrió el español Julio Jiménez en 1965, y otras trágicas, como la muerte del inglés Tom Simpson dos años después.

Jiménez, tres veces rey de la montaña en el Tour, rememora a sus 81 años su "casi" victoria en la cima lunar del coloso provenzal en 1965. Un acto vandálico de un espectador le arruinó la fiesta al abulense.

"Iba subiendo escapado y me alcanzó Poulidor. A punto de atacarlo, a 100 metros de la meta, salió un espectador de la cuneta y me tiró un cubo de agua fría en el estómago. Me descolocó y el francés aprovechó para esprintar y ganar. Cogí un buen cabreo", recuerda.

El abulense tiene en su memoria el puerto que subirá este jueves el pelotón del Tour como "un puerto duro donde te falta el oxígeno, prácticamente seco, sin sombra, donde pega el sol de plano". Dos años después, en 1967, Julio Jiménez fue segundo en el Tour, sólo superado por el francés Roger Pingeon y además rey de la montaña con la camiseta de la selección nacional, si bien pertenecía al equipo Bic de Jacques Anquetil. Al español te tocó vivir de cerca la muerte del británico Tom Simpson.

Simpson dio su última pedalada en el horno del Ventoux, en cuya cuneta una escultura aún recuerda una muerte que heló la sangre del pelotón. El sol abrasaba con una temperatura de 35 grados. El médico de la carrera vaticinó por la mañana que con ese calor podía "haber muertos".

"Hacía un calor horrible, pero nos quedamos todos helados", rememora Jiménez.

La teoría más verosímil sobre las causas de la muerte indica que Simpson se paró en un bar al pie del Ventoux y allí cometió un error fatal. El forense dictaminó "una insuficiencia cardiaca" producida por el consumo de anfetaminas y alcohol, el dopaje de la época.

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