Gregorio Borrego (Bailén, Jaén, 25 de Enero de 1978), se ha convertido, casi sin darse cuenta, en el entrenador más joven de la Liga ASOBAL. Hombre de la casa, trabajador incansable de la cantera, fue designado por el presidente Antonio Miras para afrontar la difícil papeleta del regreso a la elite del balonmano. A Gregorio, ante todo implicado con el club, asumió la responsabilidad y con su esfuerzo y sacrificio, unido al de sus jugadores, ha abierto una puerta para la esperanza. De presente, pasado y futuro estuvo hablando con El Almería el joven técnico naranja.

-¿Cuando llegó a Almería?

-Cuando yo tenía 18 años vine con el Bailén a jugar el campeonato de ascenso a Segunda Divisón y aquí más o menos me di a conocer. El presidente Antonio Rivera y Guillermo, que me conocía y me había llevado a la selección andaluza, decidieron que podía valer y me ficharon.

-Pero con sólo 30 años que tiene, usted ya lleva varios años sin jugar, ¿qué ocurrió?

-Fue una situación rara. El equipo estaba en la ASOBAL, y Angel Hermida en su segundo año no contaba conmigo. El club sabía que me gustaba trabajar con los niños y en la organización del club, y como necesitaban gente que conociera el balonmano para seguir creciendo consensuamos que pasara al cuerpo técnico.

-Has sido segundo entrenador y esa experiencia le ha servido para aprender.

-Sí. Yo siempre he entrenado a chavales, ya incluso en mi época de Bailén, pero eso no tiene nada que ver con la ASOBAL. Estoy agradecido porque de todos los entrenadores que han pasado por aquí he aprendido mucho y, por suerte, he tenido muy buena relación con ellos, han confiado en mí y he tenido voz y voto.

-Y en estas que, tras el descenso a División de Honor B, el club le nombra entrenador de la primera plantilla que, además, vuelve a la ASOBAL. ¿Cómo vivió todos esos acontecimientos?

-El verano ha sido movido, y encima yo estaba fuera de España y la información me llegaba con cuentagotas. Cuando llegué me enteré de que volvíamos a ASOBAL y mi preocupación no era ver quién iba a dirigir al equipo, estaba más preocupado por formar el equipo y por el nuevo proyecto que tenemos en mente hacer, y en ese sentido yo estaba tranquilo. De hecho, no sabía que yo iba a ser el entrenador.

-¿Y cuando se entera de que usted será el técnico?

-Yo sabía que en el club me conocen y confían en mí, pero no es fácil y resulta raro que le den la oportunidad a un técnico como yo, joven, de 30 años, sin experiencia, sólo, y encima para estar en la ASOBAL. Claro, visto desde fuera, un equipo recién ascendido, con presupuesto humilde y un entrenador como yo, suena raro y ese era el mayor hándicap, pero yo siempre me he sentido respaldado por el club.

-Encima usted no tiene ayudante en el banquillo...

-El club me preguntó si quería un segundo entrenador, pero yo les dije que no, que prefería que contrataran a una persona que asumiera mis otras funciones, de trabajo con la cantera, donde tenemos 150 niños, que son el futuro.

-Ha hablado del proyecto que hay en mente, ¿éste es a medio plazo?

-En la situación actual del país, con la crisis, un club modesto como el nuestro no puede embarcarse en cosas inalcanzables. Queríamos un equipo humilde, con gente joven, y acertar en los fichajes. Ahí está el caso de Roche, que había estado en División de Honor B y se encontraba sin equipo en su país y aquí están cumpliendo, como todos esos jugadores jóvenes que están teniendo aquí la oportunidad, por primera vez de jugar en ASOBAL. Este equipo me recuerda al equipo que había aquí cuando yo vine: equipo joven, que trabaja y que transmite cosas en sus partidos.

-Y eso a pesar del calendario terrible...

-Creo que hemos hecho un buen papel en el arranque liguero, a pesar de lo abultado de algunas derrotas. Cuando acabe la primera vuelta veremos como no somos los únicos que caemos por tantos goles ante los grandes. Creo que estamos haciendo las cosas bien, pero no podemos descuidarnos.

-¿Qué pensó al ganar al Arrate?

-Me alegré por los jugadores, que son los que se lo estaban currando y se lo merecían. Ellos son los protagonistas y con el Arrate se vio que había una actitud positiva, logrando una victoria que, además, le dio un respiro a la afición.

-El triunfo le subió el autoestima al equipo...

-Una cosa es esa, que suba el autoestima, y otra es que la gente se confíe. Está muy bien jugar contra los grandes a tope, pero si no lo haces con los rivales directos, donde nos la jugamos, todo lo demás no nos sirve de nada.