Recién llegados al Aeropuerto de nuestra ciudad, Ramón Sedeño esbozaba un gesto de satisfacción por la experiencia ateniense. El presidente del Unicaja Almería sabía que su equipo estuvo muy cerca de hacer algo grande en la Copa CEV, pero enfrente tuvo a dos conjuntos prácticamente imparables. Por otra parte, también es cierto que escondía detrás de unas gafas del sol ese cansancio que todos los expedicionarios tenían como resaca, después de tres días sin parar. Entre visitas a las ruinas griegas, los cuatro partidos de la final four y la cena de despedida en familia, los cuerpos estaban deseando darse un descanso. Ahora en frío, es cuando hay que sacar conclusiones de lo acontecido. Y seguro que son muchas más las positivas que las negativas. Sin embargo, hay que volver a enfundarse el mono de trabajo porque la fase final de la Superliga ya está aquí.

-Qué reflexión se podría hacer de estos días de competición

-Antes de partir para Grecia, ya dije que esto era un sueño. Hoy creo que se ha hecho realidad. Deportivamente, pienso que hemos hecho un gran papel, pese a que no hayamos conseguido ninguna victoria. El primer partido lo perdimos contra los campeones, y los tuvimos ahí; mientras que la final de consolación es mucho más difícil para un equipo joven como el nuestro, donde la media de edad es menor de 25 años, frente a un Cuneo que tenía muchos veteranos. Eso influye a la hora de reponerse anímicamente después de haber perdido las semifinales. En resumen, contentos y satisfechos porque hemos llegado mucho más de donde nos planteamos a principio de temporada.

-¿Consuela pensar que se perdió en semis contra el campeón?

-Perder nunca es ningún consuelo. Una derrota puede ser más o menos dulce, ya que perdimos en semifinales contra el campeón. Un equipo al que ninguno del resto de conjuntos, por su condición física, hubiera sido capaz de derrotar. Satisfecho sí porque Belgorod tuvo muchas más dificultades en derrotarnos a nosotros en semifinales que en la final ante Panathinaikos.

-La afición griega es...

-Ya la conocía. Es impresionante. Le comentaba a Juan Megino, a Guillermo y a Kiko en la final, que si la Unión Deportiva Almería tuviera el cincuenta por cien de la grada que había en la final en el pabellón, no habría nadie que fuera capaz de vencernos. Nosotros, sólo con las tres mil personas que había en los pasillos, seríamos invencibles en voleibol.

-En la cena de despedida sólo faltó celebrar el título

-En la cena celebramos el hecho de haber estado en la final four. Fue una fiesta para mí muy importante. Dije que, sin haber ganado la copa lo estábamos pasando muy bien, por lo que el año que viene tendremos que volver para levantarla y ver cómo se celebra el ganar una CEV.

-¿Cambiará mucho la plantilla?

-Tenemos a la mayoría de jugadores con contrato en vigor y, alguno de ellos, con contrato para el año que viene. En las gradas [del Oaka Atenas Olimpic] estaban la gran mayoría de agentes mundiales de jugadores buscando y mucho representantes de los grandes equipos europeos. Tenemos un hándicap clarísimo: las cláusulas de rescisión son bajas y no las podemos comparar con las de los rusos o los italianos. Cualquier club puede llegar, pagar y llevarse al jugador. Pero creo que Almería les da lo que no les da nadie: muchísimo cariño y seriedad en la gestión del club.