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'Pasodoble' para un aguerrido Unicaja

  • Con vida El claro y merecido triunfo de los de Carlos Carreño los mete de lleno en la lucha por clasificarse Ambiente espectacular La charanga de la grada contagió a los jugadores almerienses

Si de algo puede presumir Unicaja Almería, además de un palmarés magnífico a nivel nacional, es de una afición envidiable. Las mil trescientas personas que en la fría noche de ayer abarrotaban el Moisés Ruiz, un escenario que ya empieza a ser temido por los grandes equipos europeos, se convirtieron en el alma máter de un equipo que respondió con puntos y buen juego a la fiesta que había montada en la grada.

Ramón Sedeño y Carlos Carreño le habían pedido una ayuda extra a su público y éste cumplió con creces. No sólo no paró de animar, cantar y montar una charanga con la que han soñado los jugadores rusos, sino que además, a base de pasodobles tipo El Gato Montés y Que Viva España y con canciones tradicionales y siempre deportivas como Paquito el Chocolatero, Había un vez un circo o el clásico A por ellos, ayudó a que los jugadores almerienses dieran ese doble paso que supone vencer a Sofía y ganarle el setaverage, para llenarse nuevamente de vida en busca de una clasificación que sigue dependiendo de ellos mismos. Pese a la merecida victoria ante los búlgaros, la empresa sigue siendo complicada puesto que Unicaja necesita conseguir como mínimo un set en Kazan [como hicieron Tours y CSKA] y vencer a los franceses en el Moisés Ruiz. Para entonces, la afición volverá a afinar sus trompetas y tambores.

Anoche todo salió a pedir de boca. Fue un partido parecido a los de Superliga en los que Unicaja manda desde el principio y, en el momento en que mete una marcha más, sentencia con comodidad. Los de Carlos Carreño llevaron el tempo del duelo, basándose en principalmente en un saque que funcionó a la perfección. Visto lo visto, duele más esa derrotada cosechada el pasado mes de diciembre en Sofía en el desempate. Los almerienses demostraron ser infinitamente superiores a los búlgaros, pero en esto del deporte, la teoría poca veces se impone en la realidad.

La igualdad caracterizó al comienzo de cada uno de los tres set. Hasta mediadas las mangas, Unicaja no apretó para decantarlas a su favor. En la primera, Valido se convirtió en una muralla inexpugnable desde zona de zagueros. El líbero grancanario, que afrontaba el partido tocado físicamente después de no haber podido entrenar con normalidad durante la presente semana, dio ayer un recital de planchas y buena colocación. Levantó varias bolas que de ésas que sólo él sabe cómo hacerlas y poco a poco fue minando la moral de Maiyo, el opuesto keniata del CSKA. Además, la seguridad al remate de Sevillano y la eficacia en todas las parcelas atacantes de Soonias comenzaron a hacerse notar (19-14). Los búlgaros tiraron la toalla y un fallo al saque de Bonev subió el definitivo 25-18.

Y si la diferencia entre ambos conjuntos fue grande en el primer set, en el segundo lo iba a ser todavía más. A todo lo narrado, hay que unirle la eficacia desde la línea de servicio de los almerienses. Los saques flotantes hicieron mucho daño a la recepción rival, que no era capaz de construir con comodidad. Ello les forzó a atacar con precipitación y Unicaja supo aprovecharlo con buenos bloqueos por parte de Howatson, Soonias y Korzenevics, entre otros (14-11).

Sólo con el discurrir del tiempo, la calidad almeriense se fue imponiendo sobre la cancha. Un preciosa finta de Sevillano y un remate de pícaro de Howatson, elevó la distancia en el marcador (20-16). En ese momento salió Yoyo Rodríguez al tapete y, a base de buscarle las cosquillas a la recepción búlgara, Carreño comenzaría a respirar con tranquilidad porque el segundo set también tenía color verde. Como no podía ser de otra manera, Sevillano sentenció con un remate inapelable (25-17).

Con 2-0 en el marcador, cualquier equipo tiende a relajarse. Sin embargo, Unicaja Almería es un equipo ambicioso y ayer más que nunca sabía que esto era un error grande. Por ello, mantuvo el mismo nivel porque era fundamental ganarle el cómputo particular a su rival. Pese a que el CSKA mandó en el tanteador en el comienzo de la tercera y definitiva manga, un bloqueo a Sevillano hizo reaccionar a Charly, que pidió tiempo muerto (14-17).

Esa chapa sobre el central ahorrador le iba a salir muy cara a los búlgaros. La bestia despertó y empató de un plumazo, con una diagonal de Soonias, que volvía a sacar su bazoka a pasear (17-17). A partir de ahí, los almerienses que volvían a coger las riendas de la manga. Soonias y Olteanu forzaron sendos block-outs, Denmark se coló por tres para rematar un primer tiempo puesto con suavidad por Howatson... y los puntos que seguían subiendo al tanteador local. Viéndose totalmente contra las cuerdas, Stefanov forzó el saque y se quedó contra la red (25-22), mientras de fondo, como no podía ser de otra manera, atronaba aquello que dice Campeones, Campeones y un clásico como Pinocho fue a pescar...

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