Con dos victorias en la fase regular de la Superliga masculina frente a Teruel y el antecedente más directo también solventado con victoria en las semifinales de la Copa del Rey, pocos esperaban que el Unicaja Almería llegase al tercer encuentro de la final del campeonato liguero estando obligado a protagonizar una auténtica machada para levantar el título. Pocos, por no decir nadie, podían imaginarse un 0-2 tras los dos primeros encuentros de la serie en el Pabellón Moisés Ruiz.

Sí se sabía que iba a ser una eliminatoria difícil, durísima y que en poco se iba a parecer a los encuentros anteriormente disputados entre ambos conjuntos a lo largo de todo este curso voleibolístico. Pero de ahí a perder los dos partidos inaugurales y quedarse entre la espada y la pared, había un trecho enorme.

En verdad, Unicaja estuvo bien, mejor incluso el segundo día que el primero de la final, pero le faltó más acierto en los momentos decisivos. Los dos primeros partidos han estado marcados por una igualdad tremenda, sólo dejada aparte en el primer set del segundo encuentro. Después de la guerra titánica del viernes, resuelta del lado turolense en el tie-break y con polémica incluida por un arbitraje bastante parcial en favor de Teruel, era de esperar una salida en tromba de Unicaja el sábado. También lo esperaba Teruel, que jugó ese set con bastante menos tensión, quizás para reservar energías de cara a los cuatro juegos siguientes de otro partido que acabó siendo eterno.

Un encuentro, el segundo, en el que Unicaja pudo cambiar el rumbo de la final para acercarse a la Novena. Tuvo hasta tres bolas de partido en el cuarto set pero no pudo aprovechar ninguna de ellas, y Teruel le forzó el desempate y se llevó el partido.

Ahora, Unicaja Almería está obligado a ganar en Teruel los dos partidos, el tercero y cuarto, si quiere que la eliminatoria regrese al Moisés Ruiz, donde ha estado invicto toda la temporada y ha cedido sus dos primeras derrotas en el peor momento, y poder acabar levantando un título, el de liga, que se le resiste desde el año de los Juegos Mediterráneos y que esta vez, cuando más cerca parecía, se ha complicado mucho más de la cuenta.

0-2