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Indurain, LA LEYENDA

  • Ídolo de masas Han pasado quince años desde su última victoria en el Tour de Francia, pero el navarro sigue despertando admiración allá donde va: después de cinco horas de ruta no tuvo reparo en firmar centenares de autógrafos Acompañado Plaza, Rafa Casero o Francis Cabello, otros ilustres en Almería

Han pasado quince años desde que Miguel Indurain se coronó campeón en los Campos Elíseos, por quinta vez consecutiva, del Tour de Francia. El navarro, cabeza visible del Banesto de la época (el Caisse d'Epargne actual) era el mejor ciclista del mundo y convirtió el ciclismo en uno de los deportes de mayor seguimiento en España. Un año después, y tras ser campeón olímpico en Atlanta, Indurain se retiraba del ciclismo profesional. Ahora, afirma, sigue montando en bicicleta y participando en "tres o cuatro" carreras cicloturistas al año y, tras varias ediciones recibiendo la llamada del que fuera su compañero de equipo, el almeriense Juan Martínez Oliver, ayer llegó el gran día en el que Indurain, por fin, se subió a una bicicleta en la provincia de Almería.

Con él estuvieron algunos ciclistas y ex ciclistas profesionales como Rubén Plaza, Rafa Casero o Francis Cabello, homenajeado en ediciones anteriores. Y también más de medio millar de cicloturistas tanto del club organizador, la Unión Ciclista Martínez Oliver, como de toda la provincia, Andalucía, España y hasta algunos los hubo venidos desde Portugal expresamente para estar junto a Indurain, la leyenda del ciclismo español y el mejor corredor que ha dado este país a lo largo de su historia. Al menos, hasta ahora.

El Palacio de los Juegos Mediterráneos acogió la salida y la llegada de la VII Marcha Cicloturista Martínez Oliver. Hasta allí se desplazaron también el alcalde de la ciudad, Luis Rogelio Rodríguez-Comendador, y el concejal de Deportes, Juan José Alonso, quienes le hicieron entrega al navarro de una placa conmemorativa de su presencia en esta edición de la prueba.

El pelotón, con muchos corredores portando el maillot especial con el frontal amarillo (color del líder del Tour de Francia) y el trasero rosa (líder del Giro de Italia) y con todo el palmarés principal de Indurain a lo largo de su trayectoria, incluyendo los Campeonatos del Mundo y los Juegos Olímpicos, se dirigió por Níjar hasta el Alto de Lucainena, donde comenzó el tramo libre, para volver a reagruparse y marchar controlado hasta la línea de meta, donde a los propios seguidores al ciclismo se les unieron algunos aficionados que acababan de salir del interior del Palacio, donde se había disputado una final del Intersector Nacional cadete de balonmano, y que buscaban a Miguel Indurain entre el grueso de corredores.

Con el navarro, la Marcha Cicloturista se superó y, como dice Oliver, "será difícil superarlo". ¿Quién tomará su relevo?

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