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Donde se fraguó esta era

  • Vuelven Carlos García, Uche y Nieto por Goitom y Ortiz Bernal. Mismo esquema con cambio de cromos

Cornellá-El Prat no es un escenario que le trae buenos recuerdos al Almería. Allí, allá por el mes de diciembre, los rojiblancos encajaron una derrota que le costó la destitución a un errante y desubicado Hugo Sánchez. Era la primera vez que los almerienses visitaban ese coqueto y novedoso estadio, puesto que los dos temporadas anteriores habían jugado en Montjuic con resultados de 1-3 y 2-2, y salieron compuesto y sin entrenador. Después de caer 2-0 en el último partido del año 2009 y dar una pobre imagen, Alfonso García vio que la situación se le había ido de las manos a Hugo Sánchez y que entrar en los puestos de descenso, de los que les separaba un punto, era sólo cuestión del siguiente encuentro.

Por ello, el presidente almeriense dio un puñetazo sobre la mesa y trajo un revulsivo en el que pocos confiaban, Juanma Lillo. El tolosarra, a base de trabajo anímico y de no buscarle tres pies al gato a la hora de jugar al fútbol, recondujo la nave en el inicio de la que sería la cuarta era rojiblanca en Primera División. No sólo salvó a la Unión Deportiva del descenso, sino que comenzó a forjar el bloque de la aventura que llevan viviendo desde que comenzara la pretemporada a mediados del mes de julio.

Nadie se alegra de los males ajenos, ni aunque le beneficien a uno, pero sí que es cierto que con el cambio de entrenador salió ganando el Almería. Nueve meses después, los rojiblancos vuelven a Cornellá con la intención de conseguir la primera victoria de la presente temporada, algo que se resistió en Pamplona y ante la Real Sociedad. Además de marcar la transición Hugo Sánchez-Juanma Lillo, el partido ante el conjunto perico también es especial para Carlos García, Albert Crusat, y en menor grado para Kalu Uche, puesto que los tres militaron en las categorías de base del conjunto blanquiazul en sus inicios. Además, como curiosidad, Juanma Lillo dirigió su primer partido en la máxima categoría en Sarriá, antiguo campo del equipo barcelonés, cuando dirigía años a al Salamanca.

Los almerienses llegan hoy sábado con la noble intención de tomar debida venganza después de la doble derrota de la temporada anterior, puesto que perdieron frente al equipo de la Ciudad Condal también en el Mediterráneo por 0-1. Después del sabor agridulce que dejó el resultado ante la Real y la endeblez defensiva demostrada, el Almería espera que sus engranajes estén hoy más engrasados. Lillo apostó ante Osasuna y Real Sociedad por una defensa de tres, con ayudas de los centrocampistas y conversiones en zaga de cinco y demás aspectos teóricos, y hoy presumiblemente volverá a hacer lo mismo para ir consolidando su estilo.

El entrenador rojiblanco quiere llevar la manija en el centro del campo, algo que consiguió el pasado lunes, y despejar de trabajo a la defensa con la posesión del balón. Si los de atrás sufrieron con la delantero txuri urdin, hoy tendrán que extremar las precauciones porque si por algo se caracterizan Sergio García, Callejón, Luis García o Verdú, es por su endiabla movilidad y mordiente. El centro del campo del Almería es muy superior técnicamente al local, pero cuando se producen imprecisiones, afloran los espacios que se quedan atrás por cubrir y que fueron los desencadenantes de todos los problemas y de los goles realistas.

Pasada la página y aprendida la lección, Lillo recupera para la defensa a Carlos García tras cumplir su partido de sanción y volverá a apostar por Jakobsen, dos jugadores con menos aporte ofensivo, pero con muchas más cualidades defensivas, que es lo que prima en una defensa de tres, puesto que si no la zaga se parece más a una de fútbol sala que a una de fútbol once. Santi Acasiete seguirá comandándola en el centro.

En el centro del campo, la guardia pretoriana Bernardello-M'bami-Vargas serán los encargados de realizar las ayudas y cerrar las bandas, territorio natural de Luis García y Verdú. El argentino sufrió de lo lindo el pasado lunes, puesto que veía cómo le entraban jugadores realistas por todos los lados, más o menos como le ocurrió a su compatriota Mascherano en el Argentina-Alemania. El trabajo de los tres hoy volverá a ser fundamental, puesto que son el primer muro de contención para las acometidas del equipo entrenado por Mauricio Pochettino, que volverá a no poder contar con el hombre de más calidad en su centro del campo, Iván de la Peña.

Arriba, flanqueado en las bandas por Crusat y Piatti, Leo Ulloa se ha ganado un puesto. El argentino no sólo marcó un gran gol ante la Real Sociedad que vale su peso en oro, sino que es una garantía en el juego aéreo y se encarga de fijar a la defensa rival, algo fundamental para evitar que te embotellen en tu área como ocurrió en el Reyno de Navarra. Pese a que el lunes no tuvo su debut soñado, Valeri debe ir poco a poco cogiendo galones en la mediapunta y adquiriendo responsabilidad, puesto que el juego del Almería saldrá obligatoriamente de sus botas.

Con las bajas de Goitom y Ortiz Bernal, uno por lesión y el otro por un proceso vírico, el Almería partió ayer hacia la Ciudad Condal, donde montó su cuartel general a la espera de que den las seis de la tarde. Allí espera un Español que venció en la primera jornada al Getafe por 3-1 y perdió la pasada semana ante el Villarreal por 4-0. Pochettino, además de la sabida baja de De la Peña, no podrá contar con Chica, expulsado ante el equipo castellonense, ni con el lesionado Osvaldo, por quien entrará Sergio García.

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