Por lo general, los partidos en fútbol se deciden por un error propio, por la calidad del rival o por la combinación de ambos. Y eso fue lo que le pasó ayer a un Poli Ejido que regaló un gol en un saque de esquina nada más comenzar, en el minuto 9 de partido, y que recibió el injusto castigo de quedarse sin puntos en el minuto 89 tras un soberbio disparo de Mario que dejó sin telarañas una de las escuadras de la portería ejidense.

Pero lo cierto es que el Poli Ejido no mereció semejante castigo ante un Sevilla Atlético que supo aprovechar muy bien las escasas ocasiones de que dispuso.

De hecho, el choque comenzó con un Poli que salía a por todas y que estrellaba un balón en el larguero por mediación del zaguero Moisés, que despejó un centro de Juan Luis y casi se marca en propia puerta.

Pero a los 9 minutos de partido, llegó ese fatídico saque de esquina en el que Bernardo remató solo en el segundo palo para establecer el 0-1.

Sin embargo, el tanto anotado por el Sevilla no amedrento a un Poli que, lejos de venirse abajo, siguió con el mismo ritmo con el que había empezado el partido. Y eso le sirvió para encontrarse con el premio del gol en el 31', cuando Chema desvió de cabeza a la red un saque de falta de Manolo Pérez.

En esos instantes, el Poli estaba crecido y el Sevilla grogui. Y Javilillo, en primera instancia, y Platero, posteriormente, cerca estuvieron de batir a Julián para poner a su equipo en ventaja.

Pero el Poli sigue acusando una alarmante falta de puntería que le hizo no aprovechar esos minutos en los que tenía a su rival contra las cuerdas para acabar llegando al descanso con el resultado de empate a uno.

Y luego llegaría una segunda parte que empezó con el pie cambiado para los ejidenses ya que Julio Velázquez se vio obligado a sustituir a Valerio por una lesión muscular e introducir en el campo a Ubierna.

No obstante, eso no se notó demasiado el intermedio ni para unos ni para otros ya que el encuentro siguió moviéndose por los mismos derroteros, el Poli manejando el balón y tratando de desnivelar la balanza de su lado y el Sevilla Atlético bien armado en defensa y aguardando su momento en ataque.

Pero los minutos comenzaron a pasar en la segunda parte al tiempo que en el choque no pasaba nada. Tanto unos como otros se amoldaron a ese guión, el de tener la pelota el uno y el de estar atrás y sin pasar apuro alguno el otro, y en el partido no pasaba nada.

Y, por este motivo, Velázquez sacó a Manolo Pérez y metió en el campo a José Rodríguez con la intención de tener tres defensores atrás y mayor presencia ofensiva.

Pero mientras el Poli no consiguió incomodar al Sevilla y cuando todo apuntaba a un empate, apareció Mario para decidir el duelo con un gol por la escuadra.