Los Reyes Magos decidieron a última hora que el Unicaja Almería se portó bien en 2010 y  llegaron al Pabellón Moisés Ruiz justo a tiempo para regalarle la victoria al equipo almeriense en un espectacular encuentro que puso el broche perfecto al día festivo de ayer jueves.

Se lo pensaron mucho y dejaron que el partido transcurriera por una fina cuerda en la que cualquier traspiés se pagaba caro. No hubo descansos ni treguas entre Unicaja Almería y Zaksa Kedzierzyn-Kozle, que se alternaron en todo momento al frente en el marcador y que dejaron la incertidumbre hasta el último momento. 

Ya el primer set fue un adelanto de cómo iba a ser el transcurrir del encuentro. Unicaja llevó las primeras ventajas, pero los colegiados, con algunas decisiones polémicas, impidieron que se abriera hueco. La inflexión llegó con dos saques directos del ucraniano Gladyr, empeñado en que el regalo final de los almerienses fuera el carbón. El segundo punto fue dudoso y le valió al Zaksa para coger una ligera renta que mantuvo hasta el cierre.

Mario Ferrera asumió el protagonismo ofensivo en el segundo parcial, en el que llegaron las máximas ventajas alcanzadas por uno u otro equipo. En este caso, a favor del Unicaja. Tres puntos consecutivos del sevillano y un remate de zaguero de Gustavo Delgado permitieron abrir hueco hasta el 14-7. Pero los polacos, un bloque sólido, demostraron estar hechos de otra pasta. Rebajaron a uno y metieron miedo a Unicaja hasta en dos ocasiones (19-18 y 23-22), pero Salas dejó en un bloqueo el 1-1.

El tercer juego fue casi una calcamonía del primero. Alternativas en el electrónico y ventaja de tres puntos para los polacos al alcanzar la recta final. El Zaksa tomaba de nuevo la delantera y comenzaba el cuarto juego lanzado, pero de nuevo Unicaja volvió a la carga con dos servicios directos de Freriks. Se sucedieron los tiras y afloja y volvió a haber polémica en la recta final, con un punto de Urnaut que pareció dentro y dieron fuera y otro de Ibán que fue block-out y que marcaron también fuera. En el desenlace, Unicaja acabó forzando el tie-break.

Y en ese quinto, cuando peor estaban las cosas con un 9-12 para los polacos, llegaron los Reyes. Ibán le dio la vuelta y Smith consumó la proeza.