Ricardo Molina decidió hacer las maletas cuando el Almería ascendió a Primera División. Sin sitio en la Unión, el meta formado en Los Molinos no se resignó a su suerte y quiso plantarle cara al destino. En un primer momento, el almeriense arribó al Alicante Club de Fútbol, donde consiguió el ascenso a Segunda División y llegó a jugar en Copa del Rey ante el Real Madrid en el Santiago Bernabéu. Su segunda parada le ha llevado al Orihuela, equipo alicantino que marcha como líder del grupo III. 

Pero las aventuras de Ricardo no se quedan ahí. En la década de mejor camadas de cancerberos del fútbol español, el almeriense ha osado plantarle cara a los mismísimos Íker Casillas y Víctor Valdés y es el actual Zamora [trofeo de final de temporada que se otorga al portero que tiene una media más baja de goles encajados] del balompié profesional. Ricado sólo ha recogido el balón de sus mallas en seis ocasiones en diecinueve partidos jugados, lo que supone un coeficiente de 0'31, frente a los catorce y los diez en quince encuentros que llevan respectivamente Casillas y Valdés.

"Son simplemente cosas del fútbol. No las intuía al principio de temporada, pero la verdad es que todo está siendo muy positivo a nivel personal y estamos como líderes de nuestro grupo con un proyecto humilde", destacó Ricardo Molina, que ayer recibió los Reyes en tierras alicantinas donde preparaba el choque de este domingo próximo.

Uno de los secretos de Ricardo es su modestia. Pese a que su trabajo es digno de admirar, el guardameta no quiere apuntarse el tanto en solitario y prefiere repartir los piropos con sus compañeros. "Mirando el dato en frío, la palabra que mejor define el momento es espectacular. Pero siempre me gusta hacer mención a que esto es una labor de conjunto. No es sólo por la labor del portero, sino por todo el equipo", se sincera.

Como todo futbolista humilde, tiene un espejo en el que mirarse. Santiago Cañizares, ex portero internacional del Celta, Real Madrid y Valencia, es uno de sus ejemplos. "Salvando las distancias, por el nivel de exigencia y concentración que me exijo, creo que me parezco. Era un meta muy seguro y que tenía un gran carácter. Pero podría haber dicho muchos otros nombres que también tienen este estilo", asegura.

Si Ricardo está satisfecho por cómo le van las cosas personalmente, no menos contento está a nivel colectivo. El Orihuela, equipo modesto donde los haya, es líder del grupo III y peleará hasta el final por conseguir el sueño del ascenso. "Esta va a ser mi tercera temporada aquí y la verdad es que estoy muy cómodo. Este año entró en el club una directiva nueva, que ha aportado mucha ilusión. Se ha hecho una plantilla acorde al presupuesto. Son gente muy honrada que no está pagando al día y eso es muy complicado tal y como están los tiempos", finalizó el Zamora del fútbol español.