Pedro Duque. Astronauta

"Las personas normales deberían experimentar un día la ingravidez"

  • Hijo y hermano de controladores aéreos, su padre le transmitió el entusiasmo por el espacio "Fue uno de los primeros controladores aéreos de España".

-Es un astronauta del madrileño barrio de San Blas. ¿Habrá barrios en otros planetas?

-Los barrios no los hace la Tierra ni los planetas, los hacen las personas y su capacidad de asociarse. El sitio es lo de menos.

-Trabaja en el proyecto Columbus, con sede en Múnich, donde ayer se disputó la final de la Copa de Europa. ¿Todo pasa ahora por Alemania?

-En Múnich existe una rara combinación de alemanes y alegres que da resultados muy buenos; una mezcla de eficiencia sin perder la alegría y la sonrisa; y toneladas y toneladas de cerveza. Todo eso hace que Baviera sea ahora la región más próspera de Europa. Y la más optimista.

-¿El espacio es cuestión de tiempo?

-Es cuestión de cuánto tiempo le podamos dedicar. Cuanta más gente se ponga a trabajar más rápido se hará.

-¿Ha coincidido alguna vez con Juan Luis Arsuaga y los paleontólogos de Atapuerca?

-Los conozco a ellos y su trabajo.

-¿Hay colisión entre esos dos viajes al pasado y al futuro?

-¿Por qué van a colisionar? Hay que conocer el pasado para no repetirlo cuando nos ha ido mal. Es fundamental estudiar la evolución humana, cómo hemos llegado hasta aquí. Dicho esto, hay antropólogos que dan ya por terminada la evolución humana y quizás no se haya acabado tan radicalmente. Un día, cuando la gente vaya a otros planetas puede que evolucione de alguna manera en alguna dirección.

-¿Se viajará al espacio con las mismas motivaciones que se hace en la Tierra: por aventura, por necesidad o por placer?

-Es un buen resumen. Los que fueron a la Luna lo hicieron por aventura. No tenían asegurado el retorno y demostraron que se podía hacer. Habrá quien viaje por necesidad cuando trabajen allí y tengan que desplazarse. Y, por supuesto, los viajes por placer, que personas normales con ingresos normales puedan ver la Tierra desde arriba y experimentar la ingravidez.

-¿El espacio será una solución a la superpoblación y la superexplotación de nuestro planeta?

-Lo primero me parece una salida bastante pobre. Lo que hay que facilitarle a la gente es educación, cultura y que no se sojuzgue a las personas, que no se les obligue a tener los hijos que no quieren o, por contra, se les amenace con efectos perniciosos para que no los tengan. Todo eso viene de prácticas barbáricas, del pasado más animal de la humanidad.

-¿Y la superexplotación?

-Ahí sí veo una solución. Está claro que la Tierra tiene una fecha de caducidad, que la supervivencia de la especie pasa necesariamente por cambiar de sistema solar. Eso es indefectible.

-Lo premiaron los rusos y recibió el Príncipe de Asturias con el norteamericano John Glenn. ¿Es una metáfora del fin de la Guerra Fría?

-En 1969, cuando alunizaron Armstrong y Aldrin, todos los niños españoles lo vimos por televisión y los que no tenían televisor lo vieron en los bares. Todos queríamos ser astronautas, pero nuestros padres nos decían que para ir al espacio había que ser americano o ruso. Después de muchos esfuerzos, eso cambió. En Sevilla se fabrican los componentes del avión de carga militar más avanzado del mundo.

-Nace en 1963, el año que muere Cernuda. ¿Su vida es una lucha entre la realidad y el deseo?

-La ingeniería es el arte de convertir el deseo en realidad. La gente quiere hablar con alguien de su familia y la ingeniería hace los teléfonos móviles. Quiere viajar y la ingeniería hace los aeropuertos, los trenes y los aviones. A veces la ingeniería choca con lo místico; no chocan, se combinan.

-¿Hay un ranking de los primeros sitios donde habrá vida?

-Son dos cosas distintas. Dónde se supone que es más fácil encontrar vida y dónde podremos ir. Ahora se están estudiando las lunas de Júpiter, enormes cantidades de agua producto de cometas que han ido cayendo y se transformaron en hielo. Y seguimos observando por telescopio la existencia de otros planetas azulitos parecidos al nuestro. Debe haber miles de millones de estrellas. Lo malo es la distancia y la tecnología necesaria para llegar.

-¿Sigue siendo el único español que ha ido al espacio?

-Sólo se puede ir por la Agencia Espacial Europea y en la última prueba han seleccionado a seis. No hay ningún español.

-¿Por eso la gente se fotografía con usted como si fuera un cantante o un futbolista?

-No creo, pero astronautas hay menos que cantantes. Somos menos carismáticos y más escasos.

-Se casó con una diplomática. ¿Dónde la conoció?

-En la Embajada de Moscú.

-Usted ya es medio ruso...

-Soy medio ruso, soy medio alemán, soy medio de Texas. Tengo muchos medios y medio valenciano. La tierra de mi mujer, que está de embajadora en Riga.

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